Se nos pide a las personas que tenemos intereses o proyectos de inversión en las vegas del Bajo Nalón "prudencia". Pero se trataría más bien de un problema de "incertidumbre", "inseguridad" y "paciencia". Digo esto, porque con motivo de la reciente Feria de la Huerta de Pravia los dirigentes del Principado y del Ayuntamiento trasladaron los siguientes mensajes: "El futuro de Asturias pasa por el medio rural. Si Asturias pierde el tren del medio rural perderemos también una de nuestras grandes fortalezas, quizá una de las mejores mimbres puede aportar para tejer un nuevo tramado económico"; "los productos locales se llaman por su nombre, vienen de nuestra tierra. Todos estos productos son parte de la estrategia sostenible de una comunidad que, como la asturiana, apuesta por dar al campo su verdadero valor en una economía sana y equilibrada"; "su territorio bañado por tres ríos -Nalón, Narcea y Aranguín- dispone de fértiles 'veigas' especialmente aptas para el cultivo agrario; cuenta con una larga tradición que habla de buen trabajo de sus productores; ha sabido incorporar cultivos como el kiwi y los arándanos que suman nuevas producciones de calidad a otras más tradicionales como sus apreciadas fabas"...
La lectura de estas declaraciones da a entender que Principado y Ayuntamiento tienen muy claro cuál es el camino a seguir, y que no es otro que apoyar y reforzar un sector que ya de por si tiene que jugar con otras muchas incertidumbres y problemas en su día a día. Creo que es esta lucha es la que hace a las personas que trabajan en el campo sean bastante "prudentes" y fuertes ante la adversidad y los contratiempos.
Pocos días después de la feria, el 1 de septiembre pasado, LA NUEVA ESPAÑA publica la noticia: "El Principado proyecta otra carretera de Soto a Pravia, paso previo a una autovía. El corredor de 5,7 kilómetros de longitud, con un puente sobre el río Nalón y 'pinchazo' en la Transcantábrica, cuesta 40 millones de euros".
Y es ahí cuando se analiza el trazado propuesto y publicado y se ve que cruza y surca todas las vegas del bajo Nalón afectando a todas las plantaciones de kiwi, tanto actuales como futuras, así como, plantaciones de faba, etcétera. Se generan cuando menos dudas e incertidumbres de si la Consejería de Infraestructuras y "Medio Ambiente" va en la misma "onda" de intenciones que presidencia y Desarrollo Rural, ya que no concuerdan en nada de nada. La verdad es que ni a propósito se puede ir más por derecho y por el medio, ni con la peor intención se puede hacer más daño al sector del kiwi y la faba ya que afecta tanto a parcelas en producción como a futuras proyectadas, y no a una ni dos, sino que a todas (en las vegas de Pravia se cosecha el 60% del kiwi asturiano).
El terreno agrario en Asturias es un bien escaso, y por su orografía, tampoco abundan las vegas en Asturias donde se puedan hacer planteamientos agronómicos rentables y de calado, fuera ya de la gran división minifundista de la propiedad de la tierra. En países de nuestro entorno europeo y vecinos, al igual que se conserva y cuida el patrimonio natural, también se aplican políticas de protección para los entornos de especial interés agrícola, como estamos de acuerdo todos que son las vegas asturianas, impidiendo que en las mismas se puedan hacer polígonos industriales, carreteras, autovías o depuradoras.
Totalmente de acuerdo, que hay que dar solución a las comunicaciones, y más cuando el tráfico pone en peligro vidas humanas a su paso por los pueblos, pero estoy seguro que hay alternativas mucho menos agresivas. Reflexionemos todos que la posible autovía no sólo afecta y pone en peligro los empleos y autónomos actuales dedicados a la producción agrícola en dichas vegas, y los futuros proyectados, sino también a un montón de ellos indirectos que genera el sector agrícola y ligados al mismo, transporte, reparaciones y mantenimiento de fincas, abonos, fitos, hostelería... Sin hablar ya del impacto ambiental.
Suzuki se marchó de Asturias; Coca Cola, también; Tenneco lo hará a plazos; Alcoa dice que tendrá que cerrar; el Matadero Central, cerrado; el sector de la leche pasa por uno de sus peores momentos; y el sector del kiwi, arándano y la faba que parece que van "pitando" le damos en la línea de flotación. ¿Qué pasa? ¿Nos estamos volviendo locos todos?. Promocionamos los productos de nuestra huerta como "Alimentos del Paraíso Natural" y a unos de los mejores valles productores de esos alimentos les pretendemos pasar una autovía por el medio, pues bien, los kiwis y las fabas (no alubias) no se van porque no estén a gusto en sus "veigas" del Bajo Nalón, simplemente parece que los pretendan echar.
