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Crítica / Arte

Pinturas de memoria y compromiso

En el Colegio Oficial de Arquitectos de Asturias en Gijón conviven las propuestas expositivas de Benjamín Menéndez (Avilés,1963) y Chus Cortina (Oviedo, 1971) que parten de prácticas pictóricas para construir un discurso con la materia y la memoria en el caso de Benjamín o para trazar, como propone Chus, estrategias de compromiso y denuncia en el espacio urbano.

Menéndez siempre ha trabajado con la materia, bien sea acero o cerámica, madera, objetos fabriles, herramientas, todo aquello que contenía memoria del lugar, de la industria, del obrero, del artesano, un archivo de piezas rotas, fabricadas, elaboradas, encontradas, apropiándose de historias propias y ajenas, volviéndolas autobiográficas, parte de un relato al que cada vez se le añaden nuevas páginas configurando un espacio personal enriquecido por el tiempo. Pero lo pictórico, también, forma parte del registro de la mirada del artista, desde aquel rollo de papel casi infinito, como soporte de los momentos cotidianos vividos e iluminados con una sensacional narrativa pictórica, hasta sus blancos rotos cerámicos o sus papeles de seda componiendo campos de color.

Con las "Las tablas de roble" Benjamín nos regala un cuento que surge de un lote de madera para la chimenea que le regala su vecino Víctor. La belleza de aquellas tablas, los cortes y las vetas, los relieves y las líneas le invitan a intervenirlas y surgen los turquesas y los rojos, el pan de oro y la cera hasta completar treinta y seis unidades de similar formato dispuestas en la galería como un paisaje de libros que guardan historias de los ciclos y de la vida, de la transformación de la materia, de lo natural y lo procesado.

No se prodiga excesivamente Chus Cortina aunque se trata de un artista que no deja nunca indiferente con sus proyectos de una fuerte implicación personal y social, pero no exentos de ironía. En "Raccord" intervenía en vallas publicitarias con diferentes escenas realizadas con una cámara fotográfica de baja resolución, viñetas que permitían un acercamiento a la identidad sexual, a lo marginal, a través del juego. Y en el vídeo "Génesis 28, 12 (Aprendizaje)", expuesto en la muestra "Inéditos 2012" en La Casa Encendida en Madrid, el artista se tiraba rodando escaleras abajo en lugares públicos de ciudades en que consideró que, por alguna razón, había fracasado. Una intimidad dolorosa que revierte en una escenificación humorística.

En "No sitio/Sin Sitio" presenta una serie de pinturas, con influencia pop, de fragmentos de paisajes urbanos que han elegido indigentes para ejercer la mendicidad. Hay previamente un trabajo de localización, de espera a que se vaya el mendigo para realizar una fotografía del lugar y su "geoposicionamento", las coordenadas geográficas de latitud y longitud que permiten, en la exposición, posicionar esa dirección. Y parte de la foto para realizar un conjunto de pinturas sobre tela que reinterpretan de forma esquemática la arquitectura y el espacio urbano. No sitios, alejados de las postales de las ciudades, un recorrido por la miseria, una pintura comprometida con la invisibilidad, con las esquinas, con los que no tienen espacio ni legitimación social, con la pobreza.

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