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Portavoz municipal de Izquierda Unida

El PSOE, con el agua al cuello

La actitud del gobierno local de Avilés ante la trama del agua

El pasado domingo salía publicada una carta "La realidad inventada de IU sobre el agua", en la que el concejal de servicios privatizados -públicos casi no quedan-, vertía diversas descalificaciones y falsedades sobre el trabajo político de Izquierda Unida, que me veo en la obligación de contestar.

En primer lugar, decir que la mía es una organización honesta y de izquierdas; esa es nuestra ideología, no tenemos otra. Como ni renunciamos a nuestros principios ni tampoco nos arrodillamos ante el becerro de oro, nuestra acción política solo puede ir encaminada a perseguir la corrupción y a defender la gestión pública de los servicios, de todos, la sanidad, la educación, el agua, la ORA, la limpieza...

El concejal, en su misiva, nos acusaba de mentir, únicamente por haber denunciado lo mismo que actualmente piensa ya todo Avilés, que nuestra agua se vendió al mejor postor por motivos inconfesables y que, detrás de la privatización, estuvo la corrupción. A estas alturas, es un secreto a voces que Aquagest se hizo con nuestra agua a golpe de talonario, es decir, que varios de los concejales que apoyaron la privatización, lo hicieron a título lucrativo.

En su carta, el concejal trata reiteradamente de desacreditar nuestra trayectoria contraria a la privatización del agua y de justificar la acción del gobierno socialista. Para lograrlo, no vacila en intentar cubrirse las espaldas detrás de los técnicos municipales por un lado y de algunas decisiones judiciales, por el otro. Vayamos por partes.

La decisión de abrir el debate sobre la privatización del agua primero, y la de llevarla al Pleno para su aprobación después, fueron medidas, ambas, exclusivamente políticas, y que, por lo tanto, nada tienen que ver en ellas los técnicos municipales. Prueba de ello es que Izquierda Unida se opuso frontalmente a ambas decisiones y, simplemente, con que los concejales del PSOE nos hubieran secundado, ni nuestra agua se hubiera convertido en una mercancía, ni la trama corrupta del agua hubiera penetrado nunca en Avilés.

Con la que está cayendo, pretender legitimar la privatización del agua parapetándose detrás de los juzgados es sencillamente del género bobo. El escándalo político que convulsiona Asturias no fue provocado por Izquierda Unida, sino porque ha salido a la luz el contenido de unas investigaciones judiciales, hasta ahora secretas, que relatan de forma pormenorizada los turbios manejos de la trama del agua ligada a Aquagest.

La cruda realidad es que en nuestro país la corrupción ha anidado de forma generalizada a la sombra del poder político y, lamentablemente, Avilés se ha visto también salpicada, al estar situada nuestra ciudad en el corazón de la trama del agua.

En su misiva, el concejal socialista realiza simpáticas excursiones por los cerros de Úbeda con el fin de evitar que se note que no quiere entrar en el meollo de la cuestión. Señor Balbuena, repita conmigo: Aquagest, trama del agua, corrupción, sobornos, putiferio. Esas son las palabras claves que actualmente están en el centro del debate político y esos eran los conceptos sobre los que reflexionaba yo en la carta que tanto les molestó.

Con respecto a la gestión de nuestra agua que realiza Aquagest, nos reiteramos en todas nuestras denuncias anteriores. Las contrataciones de personal estuvieron preñadas de enchufismo y clientelismo político, y en cuanto a las obras del agua, sospechamos que tras ellas se oculta una contabilidad "B" de la que se nutriría la multinacional para financiar sus presuntas corruptelas. Una hipótesis que coincide con las conclusiones del informe que sobre la trama del agua elaboraron los técnicos de la Agencia Tributaria, en el se concluye que CPS, la empresa que rehabilitó la vivienda de Aréstegui, habría facturado dicha reforma con cargo a las obras de La Lleda.

Balbuena escribe que en Izquierda Unida nos inventamos la realidad, cuando, en realidad, son ellos, los socialistas, quienes pretenden negar la evidencia. Si el concejal socialista pretende convencernos de que todo el proceso de privatización del agua fue pulcro y ejemplar, debería empezar por explicarnos los motivos por los que Aquagest empleó centenares de miles de euros en sobornar a los presidentes del PP y de ASÍA, o los motivos de la dimisión de Joaquín Aréstegui, y también hacer públicas tanto la identidad como la facturación de todas las empresas intermediarias que realizan las obras del agua.

En Izquierda Unida trabajamos para impulsar la regeneración democrática y para limpiar Avilés. Pero para erradicar la corrupción no basta con perseguir a los corruptos, también se debe ser implacable con los corruptores. Por higiene democrática, una empresa presuntamente corrupta como es Aquagest no puede seguir manteniendo el control de nuestra agua, ni un solo día más.

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