Hace 38 años, tenía yo 21. La verdad que no me movía en aquel entonces la consciencia tan agudizada de España, que en la actualidad tengo. Cuando los partidos en aquel entonces comenzaban la andadura política que nos trae hasta nuestros días, me da la impresión al cabo del tiempo, hubieran pactado tácitamente además, un férreo blindaje que les permitiera en adelante "campar a sus anchas" y tener con ello la posibilidad de poder engañarnos, como ahora nos engañan.
De manera empírica, estoy en disposición de afirmar (entre otras cosas por haber militado en algún partido político) que esto que acabo de comentar es totalmente cierto. Sería aquella la base que, en adelante, permitiera llegar a los altos índices de relajación, tolerancia y permisividad que, desgraciadamente, hoy en día sufrimos todos los españoles. Y que nos están llevando, paulatinamente y sin remisión, al caos total.
Creo, sinceramente, que hemos cumplido un ciclo político tan largo como el anterior y que necesariamente en este punto, hemos de hacer un alto y de manera taxativa pensemos, en la refundación de España. Parece, en principio, como si esto sonara altisonante; pero si acudimos a la definición que nuestra R.A.E. hace de la palabra "refundar" observaremos de lo necesario y conveniente que sería empezar a pensar, en la refundación de España.
Refundar: Revisar la marcha de una entidad o institución, para hacerla volver a sus principios originales o para adaptar éstos a los nuevos tiempos.
Hoy en día y antes también, la principal virtud que debiera adornar a cualquier político, entiendo yo, es la honradez, que es justamente la que unos pocos no ejercen, en detrimento de muchos que nos hallamos totalmente indefensos ante las pétreas estructuras que se han pactado en el seno de los partidos políticos y que hacen ciertamente imposible el tan manifestado e incumplido cambio.
Han de crearse, ahora sí que en consenso, estructuras entre otras cosas, que permitan castigar inmediatamente y sin paliativos a quienes de manera tan descarada e impune saquean las arcas a las que todos los españoles contribuimos obligatoriamente con nuestros impuestos.
Si, para la tal refundación, fuera incluso necesario retocar nuestra Constitución, no nos arruguemos ante tal posibilidad. En periodo mucho más difícil como fue la Transición, fuimos capaces los españoles de consensuar nuestra actual Carta Magna. Aunque, por otra parte, también soy de los que digo que, tanto nuestra actual Constitución como nuestro Código Penal, están lo suficientemente articulados como para regir nuestra convivencia, siempre y cuando cada uno de sus respectivos artículos se llevaran a término cumplimiento, sin dar lugar -como ahora- a posibles interpretaciones de los mismos.
Es necesario de manera urgente empezar a pensar en la refundación de España.
