Lo que la Administración central está haciendo con el reparto autonómico de los ya de por sí escasos cupos de xarda y chicharro que la Unión Europea asigna a España es de juzgado de guardia; de hecho, al juzgado se fueron de cabeza los pescadores y la Administración regional para defender el derecho de la flota asturiana a pescar en igualdad de condiciones que cántabros y vascos esas especies de las que depende una parte sustancial de sus rentas. La Justicia ha dado la razón hasta por tres veces a las cofradías del Principado, pero los que desde Madrid reparten la tarta pesquera con doble vara de medir siguen emperrados en ningunear a los pescadores asturianos mientras que en los puertos al este de Bustio tienen tanto cupo que no llegan ni a agotarlo al cabo del año. Lo peor de ciertos políticos no es "sostenella y no enmendalla", que escribió Cervantes, sino la aparente impunidad de la que parecen disfrutar quienes juegan así de irresponsablemente con el pan de otros.
Cabos sueltos