Me contaron hace unos días que la Alcaldesa de Avilés va tomando nota mentalmente cuando anda por la calle de defectos y desperfectos de la vía publica de los que luego da cuenta a los servicios correspondientes para su reparación: un baldosa suelta por aquí, un banco cojo en un parque, una papelera que falta en tal calle... Menos es nada, yo podría indicarle una docena de lugares donde intervenir. La anécdota, no obstante, retrata a una gobernante ejecutiva, a buen seguro que menos conformista y más impaciente que su antecesora, que en ciertos asuntos demostró cierta pachorra. Y prueba de todo esto es el puñetazo sobre la mesa que ayer mismo pegó Mariví Monteserín a cuento del cachondeo que se traen las administraciones regional y estatal con el aparcamiento del Centro Niemeyer, que va para cinco años cerrado. La Alcaldesa, como el resto de avilesinos, no entiende que la instalación esté ahí muerta de risa y exige soluciones. Por ahí se empieza.
