Tras las grandes revoluciones burguesas de finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX, hubo un periodo de tiempo en que se restauraron las monarquías absolutas en toda Europa, incluida Francia. Aquí ocurrió cuando volvió Fernando VII, el Deseado, que fue recibido con aquello de "¡Vivan las caenas!". Con su muerte se acabó definitivamente en España el Antiguo Régimen.
En el año 1833 comenzó la regencia de María Cristina, durante la minoría de edad de su hija Isabel II. En cuatro días se deshizo de los lutos y se casó con un guardia de palacio, que era su amante, con el que tuvo ocho hijos. Así que se cantaba aquella coplilla con aires cubanos que decía: "María Cristina me quiere gobernar / y yo le sigo, le sigo la corriente, / porque no quiero que diga la gente / que María Cristina me quiere gobernar".
No se sabe si esa letrilla la cantaban los liberales para meterse con los carlistas, o eran estos montaraces los que lo hacían para reírse de los liberales. Tal vez lo hicieran todos para mofarse del guardia Agustín Fernández, esposo y semental de la reina madre, al que irónicamente llamaban Fernando VIII.
El caso es que a partir de entonces los liberales se hicieron con el poder, que anduvo vacilante entre los moderados y los progresistas, mientras los partidarios del absolutismo se tiraron al monte y dieron la lata con las tres guerras carlistas, tocados con boina roja, protegidos sus pechos con detentes, bajo la bandera con la cruz de Borgoña y cantando el Oriamendi. "Cueste lo que cueste / se ha de conseguir / que los boinas rojas / entren en Madrid. / Por Dios, por la patria y el Rey / lucharon nuestros padres, / por Dios, por la patria y el Rey / lucharemos nosotros también."
No entraron y, a partir de entonces, en Madrid se constituyeron gobiernos colegiados modernos con ministros y un Presidente.
A propósito, ahora que estamos en vísperas de unas elecciones de las que surgirá un nuevo gobierno, ¿sabe usted cuántos ha habido desde 1833? Pues la friolera de 167, así que el promedio de duración de cada uno de ellos ha sido de poco más de un año, con 102 presidentes de Gobierno. Ciertamente, desde la transición han durado más, pero es que hubo momentos en que fueron un visto y no visto. Además, algunos presidentes del Gobierno repitieron, como todos los que se eligieron tras la Transición, excepto el último, que depende y ya se verá, o no, que por algo es gallego.
Pues, mire, no es éste el único presidente del Gobierno de origen gallego, como todo el mundo conoce, o no. A lo largo de estos últimos 182 años hubo ocho, aunque como la cosa ya se sabe que es según, pues nos encontramos con uno que podría serlo o no, que fue Juan Bautista Aznar Cabañas, que algunos dicen que era de Coruña y otros que era gaditano. ¿Usted qué cree? Y ¿por qué me lo pregunta?
Es que, por haber, los ha habido de todas las regiones de España, llevándose la palma los andaluces, que fueron veintinueve, de los cuales nada menos que doce eran de Cádiz. "Ya ve uhté, pisha. ¿E ehta la cola l'artobú?".
No se crea, que también hubo cuatro asturianos que llegaron a ser presidentes del Gobierno, como los ovetenses José María Queipo de Llano, que estuvo un verano en 1835, y Alejandro Mon, que duró seis meses en 1864. Luego, Augusto Barcia, que era de Vegadeo y estuvo tres días en mayo de 1936, y el gijonés Torcuato Fernández Miranda, que ejerció once días tras la voladura de Carreo Blanco. Entre los ciento y la madre de presidentes de Gobierno que hubo, los nuestros no duraron una siesta. Menos mal que en estas elecciones no se presenta ninguno. Prubinos.
