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¿Alguien ha estudiado pactología?

Reflexiones tras las elecciones generales del 20 de diciembre

Desde luego les adelanto a mis lectores que yo no he estudiado pactología, pero en cambio vengo con un puñado de noticias y descubrimientos frescos para ir preparándonos el examen. Hace unos cuantos meses, en las vísperas de su aplastante elección como secretario general de Podemos, Pablo Iglesias decía lo siguiente: "Haciendo primarias ciudadanas (es decir, exigiendo solamente el documento nacional de identidad para elegir al secretario general de la nueva formación), nos arriesgamos a que salga escogido el Pato Donald, pero teniendo en cuenta que Mariano Rajoy es presidente tampoco sería tan descabellado tener al Pato Donald".

¿Ya tenéis libreta en la mano? Espero que sí, porque ésta es una de las verdades que deberían apuntar como descubrimiento más relevante de la tormenta electoral. La actitud de Mariano Rajoy en las funciones de presidente es muy similar a la de un niño inmaduro en edad preescolar, es decir "patearé el problema debajo de la alfombra a ver si mamá y papá se olvidan", y aún mejor, "si lo descubren diré que la culpa fue de mi hermano" (y tú más, y tú más).

Otro gran hallazgo. ¡No me lo van a creer! Hay votantes del Partido Popular cercanos al "Chavismo Bolivariano Castrista Maoísta". Son pocos. Lo empecé a descubrir en la televisión durante la propia jornada electoral. Algunos periodistas -muy cercanos ideológicamente al Partido Popular (PP)- se referían a unos resultados "indomables" haciendo alusión a la posibilidad de pactos y diálogo político; yo pensé que eso se llamaba democracia multipartidista, hay que ver cómo evoluciona el castellano.

Creo que empiezo a entender, ellos se refieren a que es más fácil elegir menú cuando somos dos que cuando somos cuatro; pero claro, poniéndonos en esas tesituras sería mejor una dictadura como la que formó parte Manuel Fraga, en la que sólo uno elige. O en última instancia una mayoría absoluta, que es al fin y al cabo una dictadura de cuatro años, light.

Ahora sí, se viene el descubrimiento estrella de las elecciones. Preparen el órgano de la risa y de la ironía porque esto que se aproxima puede causar flato. Ahora mismo el Partido Popular y Ciudadanos tendrían mayoría absoluta si Cataluña fuera independiente. Já, já, já.

La película se llama en versión original "Fer un pa com unes hósties", y se traduce "Siéntate con tu senyera atada al cuello mientras ves al Barça campeón del Mundo y verás pasar el cadáver de tu enemigo". Parece que el nombre de la película tiene más tirón en catalán, bueno, igual que Albert Rivera que pasó de Naranja Faes (candidato a presidente con mayoría absoluta) a Mandarino leve e insípido. Mariano le comió la tostada por derecha.

En fin, no hace falta estudiar mucha pactología para darse cuenta de que, en España, no está orgulloso quien no quiere estarlo. Como habitando en un mundo ilógico. El Partido Popular de Mariano está orgulloso de haber perdido sólo 63 escaños, es normal si uno atiende a la foto de la plana mayor del Gobierno de Aznar (2002), dónde aparecen 16 políticos, de los cuáles 12 han sido investigados, imputados o juzgados por corrupción. Se salvan cuatro, y el fotógrafo.

Pedro Sánchez está orgulloso de haber conseguido el peor resultado de la historia del Partido Socialista (PSOE), pero conservando por lo menos la 'P' de Partido. Los naranjas de Albert Rivera están contentos por haber sido casi rivales de Podemos, casi rivales del PP y casi rivales del PSOE.

Los chicos de Podemos están contentos de estar contentos, de poder cantar "A Galopar", de poder convertir el Congreso en un plató de La Sexta, de poder demostrarnos que ellos no son tan buenos sino que los otros son muy malos. Todos estamos contentos y eso que todavía nadie ha estudiado pactología.

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