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Eloy Méndez

Análisis | Los resultados del 20-D en la ciudad

Eloy Méndez

"Sorpasso" en la izquierda y otras secuelas electorales

Sacar conclusiones exclusivamente locales de unas elecciones generales como las del pasado domingo sería un ejercicio de malabarismo político equivocado. Pero igualmente erróneo sería pasar por alto los resultados que salieron de las urnas en Avilés, como si los ciudadanos no hubieran acudido a votar. Más teniendo en cuenta que no fueron un calco de lo que ocurrió ni a nivel nacional ni en Asturias. Porque, pese a que los comicios del 20-D en la ciudad respondieron a una lógica general en buena medida, también dejaron numerosas notas autóctonas que conviene tener en cuenta no sólo como mero análisis sociológico sino también para entender la actitud que los partidos con representación en el Ayuntamiento adoptarán de ahora en adelante para hacer valer sus argumentos ante cuestiones de relevancia, como la inminente negociación de los presupuestos.

El PP aguanta y gana. La victoria del Partido Popular hace siete días en Avilés supone un balón de oxígeno para los conservadores por varios motivos. En primer lugar, la formación logra reeditar el triunfo logrado en las generales de 2011, a pesar de que ahora el contexto era mucho más desfavorable para su marca por el desgaste tras cuatro años de difícil coyuntura económica para el Gobierno de Mariano Rajoy. Además, la nueva presidenta popular, Carmen Rodríguez Maniega, puede blandir unos resultados dignos ante la dirección regional apenas dos meses después de llegar al cargo tras la dimisión de Joaquín Aréstegui por su aparición en el sumario del "caso Pokémon". Y sale fortalecida ante las bases en medio del conflicto más o menos latente que sufre el grupo municipal, partido en dos entre sus partidarios y sus detractores. El PP, en coalición con Foro, se impuso con holgura en el centro y alcanzó en todo el concejo el 28,32 por ciento de los sufragios, una cifra casi igual a su media nacional (28,72) y algo más de un punto por debajo de la regional (30,15). Porcentaje suficiente para que nadie ponga la lupa sobre la junta local, al menos por asuntos electorales.

El PSOE, bajo mínimos. Establecer comparaciones con respecto a otras elecciones generales o municipales no tiene esta vez demasiado sentido debido al nuevo escenario político surgido tras la erosión del bipartidismo. Pero el tercer puesto del PSOE en Avilés, más allá del número de sufragios, debería ser motivo de reflexión para una formación que ha moldeado la ciudad, para lo bueno y para lo malo, durante 32 de los 36 años de la actual etapa democrática y que, a día de hoy, sigue ocupando la Alcaldía, con Mariví Monteserín al frente. Es cierto que los socialistas locales lograron un 22,74 por ciento de los apoyos, una cifra notablemente por encima del 17,74 de sus compañeros en Oviedo o del 21,89 de los de Gijón. Al mismo tiempo, se quedaron algo por debajo de la media asturiana (22,74) y por encima de la nacional (22,01). En el lado positivo, también está el músculo organizativo que demostraron tener una vez más durante la jornada electoral, con interventores y apoderados en la práctica totalidad de las mesas, dejando claro que es una formación viva. Y siempre podrán argumentar que su marca se precipitó en todos los lugares, especialmente en los entornos urbanos (el PSOE sólo consiguió ser la fuerza más votada en una de las 52 capitales de provincia o ciudades de más de 200.000 habitantes, concretamente en Huelva y por una diferencia de pocos votos). Aún así, la pérdida de la supremacía de la izquierda avilesina en favor de Podemos es un hecho incontestablemente histórico. Sería un error por parte de la agrupación local hacer como si nada hubiera pasado.

Cambio de color en los barrios. El éxito de Podemos se forjó en la periferia, donde logró teñir de morado casi todos los antiguos feudos socialistas, con resultados abrumadores en algunas mesas de barrios obreros, como La Luz o Villalegre. El partido "emergente" obtuvo en la ciudad el 23,66 por ciento de las papeletas, más de dos puntos por encima de la que consiguió en el conjunto de Asturias y tres puntos superior a su resultado nacional. Una pujanza que ya había dejado entrever Somos, su marca blanca, en las municipales de mayo, cuando consiguió cinco ediles. Y que convierte a Avilés en uno de los referentes regionales de la formación que lidera Pablo Iglesias, por delante de Gijón y de Oviedo (en estos casos sus apoyos alcanzaron el 23,51 y el 19,46, respectivamente).

Cara y cruz de Ciudadanos e IU. Los resultados de Ciudadanos y de IU arrojaron, en ambos casos, luces y sombras en el contexto avilesino. El partido naranja, que cuenta con dos ediles en la Corporación, se hizo con 12,95 por ciento de los apoyos. Una irrupción notable, pero sensiblemente más baja que su media española (13,93), asturiana (13,56) o la obtenida en Oviedo (17,38) y Gijón (15,35). Justo lo contrario le ocurrió a Izquierda Unida, formación con fuerte arraigo en la ciudad. Su 9,01 por ciento puede saber a muy poco a sus dirigentes en relación a anteriores comicios, pero es mucho más que el 3,67 arañado por la coalición en España, el 8,45 de Asturias, el 8,17 de Gijón o el 6,46 de Oviedo.

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