La bicicleta no acaba de echar a rodar en Avilés, a pesar de que varios colectivos organizan actos reivindicativos de vez en cuando para exigir medidas que favorezcan su uso en las calles, como el que tuvo lugar el pasado domingo en El Parche. Llama la atención que las políticas para favorecer este medio de transporte alternativo pinchen en una ciudad donde los usuarios del autobús se quejan del incumplimiento de los horarios o de los escasos enlaces entre líneas y que ha convertido la lucha contra la contaminación en una de sus banderas para el siglo XXI. Hasta el momento, todo lo que se ha hecho por impulsar las dos ruedas es un carril paralelo a la ría, alejado del núcleo urbano y pensado más para practicar deporte que para desplazarse de un lugar a otro. Una lástima porque las principales vías del centro forman un escenario perfecto para darle al pedal, siempre y cuando se diseñe un plan que permita la convivencia ordenada con peatones y conductores.
