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La apuesta de Rajoy

La renuncia del líder del PP a someterse, por ahora, a la investidura para seguir en el Gobierno

Se explicará como ejemplo a seguir en los cursos sobre comunicación política que se imparten en los partidos. Un Mariano Rajoy que en nada recuerda al de las comparecencias más cercanas, dio una contundente réplica a Pedro Sánchez, quien ya estaba celebrando su investidura para ostentar la presidencia del Gobierno de España.

Mariano Rajoy compuso un mensaje efectista, valiente, en un formato con abundantes dosis de realismo, sin prepotencias. En algún momento correoso, pero sin palabras gruesas. Frente a una oposición crecida, asfixiante, que ya lo había condenado al sacrificio público, al pilón que decía Gistasu, realizó un golpe estratégico aprovechando la zafiedad, calculada o no, de Pablo Iglesias, para cambiar de signo la escena y, al mismo tiempo, recuperar posiciones.

Su declinación de hacer uso, ahora, de la propuesta del Rey, tuvo dos efectos inmediatos; dejar al PSOE de Pedro Sánchez inerme y con grandes dificultades para enhebrar una justificación política, tanto para los socialistas de base como para la opinión pública menos aventurera. El otro y no menos importante logro fue devolver al electorado del PP la impresión de que su candidato dispone de determinaciones para intentar seguir al frente del Gobierno. Pudiera decirse que el pasado viernes se produjo un reencuentro entre Rajoy y sus votantes. Quienes desde dentro del PP parecían andar escogiendo el árbol del ahorcado, están ahora en plena revisión dialéctica y con respiración asistida.

La tarde del 23-F de 1981 fueron los transistores quienes insuflaron distintas tensiones a las gentes de a pie. El pasado 22-E de 2016 ,tarde/noche, fueron los móviles y las redes sociales los medios principales. Y no todo estuvo a la altura adecuada. No faltó el disparate, como el que aseguró que Rajoy había dado un golpe de Estado alentado por las fuerzas armadas. No faltaron y continúan las llamadas a las barricadas. Así nos va mientras se dan lecciones de regeneración democrática socavando a las instituciones.

El órdago de Podemos ha entrado en una fase de confrontación dinámica. Se anuncian encuentros inmediatos de Pedro y Pablo, y horas después un comunicado informa de la ruptura de relaciones, calificando a Pablo Iglesias de "chantajista", mientras desde distintas voces del PSOE avisan para no caer en las trampas de Podemos.

Ahora el PSOE dispara contra todos. Reniega de las provocaciones de Iglesias y a Rajoy le llama "trilero" y "antisistemas".

La apuesta de Rajoy, alargando tiempos, es no renunciar y seguir apostando por un pacto tripartito entre PP, PSOE y Ciudadanos sigue siendo una maniobra muy arriesgada para llegar a buen término y necesita ayudas que hoy no tiene. Quizás tenga un éxito parcial. Que PSOE y Ciudadanos, con una presencia menor del PP y el relevo del propio Rajoy, afronten un Gobierno de corto alcance, pero en cualquier caso mejor que la alternativa con Podemos.

El PSOE está en una gran encrucijada, se juega su identidad socialdemócrata y el PP tiene una apuesta en el tapete que le va a condicionar de forma grave. Los verdaderos problemas de la gente, seguirán en hibernación.

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