Una más sin justicia. Una más sin Pacto de Estado. Una más asesinada con zarpazos de olvido. Otra más. Una más transformada en una cifra. Una más que sufre el terror sin la palabra terrorismo. Una más que marca nuestro civilizado calendario con sangre. Una más, y todavía seguimos escuchando por ahí "denuncias falsas".
Una más, y en 2015 ya fueron 57. Una más y empezamos 2016 batiendo récords de violencia. Una más. Una más y seguimos conformándonos con promesas. Una más, y claro, no sube la prima de riesgo, ni bajan las acciones en bolsa, ni aviva el interés de los mercados. Y aun así, otra más. Una más y volveremos a mirarnos al espejo sin ningún remordimiento. Una más y continuamos evitando el rótulo "violencia machista", eso es cosa del pasado. Una más y el 86% de los condenados por violencia machista no ingresa en prisión, sino que sustituye sus penas por trabajos en beneficio de la comunidad. Otra más.
Una más y casi un 60% de las mujeres maltratadas en 2015 tenían hijos menores. Una más y la educación seguirá brillando por su ausencia. Una más y el Obispo de Córdoba dice: "La mujer tiene una aportación específica, dar calor al hogar". Por cierto, una más y seguimos subvencionando a colegios que segregan por sexo.
Una más y el problema seguirá siendo que tenía la falda muy corta o la lengua muy larga. ¿Dónde se habrá metido esa mujer que no me dejó hecha la cena? Y a la vuelta, otra más. Una más y todavía no escucho a ningún político decir: "Condeno a las religiones que propagan ideologías machistas", es mucho más coherente darles dinero y cederles espacio público.
Una más y los políticos siguen negociando sillas, y los banqueros siguen riéndose de los político que negocian sillas, y los jueces siguen con las manos atadas por los banqueros y los políticos preocupados por sus sillas. Una más y sigo teniendo fe en la educación, y miedo a las misas del Obispo de Córdoba. Una más y sigo pensando que éste es el legado que le dejaré a las próximas generaciones. Angustia en la garganta, muchos problemas, pocas soluciones y una humilde denuncia que se llevará el viento; otra más.
