Sí, es cierto, el tiempo pasa que vuela y una vez más llegó la fiesta de la Purificación de la Virgen, la popular Candelaria, y los pescadores de Avilés y todos los que hemos tenido algún contacto con esa mar, que tanta vida ha dado a nuestro puerto y al marinero barrio de Sabugo, la recordamos bajo el nombre de Virgen de las Mareas y nos reunimos el sábado a su alrededor para festejarla y agradecerle todo cuanto ha hecho por nosotros.
En nuestra mente están Eugenio el Parrochero y su desdichada muerte en una guerra que no iba con él; estan los marineros del "Campo Eder", están tantos y tantos pescadores de las costas españolas a los que el mar ha arrancado de nuestras vidas con un abrazo que los ha robado de los nuestros.
Pero quizás, cuando en adelante cantemos de nuevo el "Estrella de los mares" a la Virgen patrona de nuestra Cofradía de Pescadores, no estaría de más que recordemos esa trágica "marea" que tantas vidas está arrebatándonos en las costas del Mediterráneo oriental, vidas de gente que huye de guerras y hambrunas. Y más cerca de nosotros, en las costas del mar de Alborán, al que todos nombran hoy porque ha sido epicentro de un terremoro y nadie recuerda que ese mar se ha tragado más vidas de las que esos "horribles" terremotos han deshecho. Y en nuestro estrecho de Gibraltar, entre cuyos montes insiginia, el Gebel Tarik, en la costa gaditana, y el Gebel Muza, en la africana cercana a Ceuta, también han naufragado pateras cargadas de desheredados de la vida.
Avilés siempre ha sido un puerto seguro de arribada. Ahora se ha ofrecido el antiguo hospital de la Cruz Roja para acoger a estos náufragos. Hagamos todos los avilesinos porque la acogida en Avilés y en el resto de esa Europa, que se dice civilizada, sea una realidad y no un profundo agujero lleno de recelos, temores y discriminación.
