La situación de la política española actual hubiera hecho las delicias del gran Valle Inclán, superando incluso los esperpentos que inmortalizó con el nombre de "Martes del Carnaval". En España, hoy ya no hay militares golpistas, ni militarismo exacerbado. La política española actual está dominada por la insensatez de unos fantoches-actores que sólo aspiran a adquirir el poder como sea, aunque los españoles deambulen entre cadáveres tanto de la vieja casta como los de la nueva, que sólo buscan el poder para perpetuarse en él como sea y al precio que sea; con pactos o sin pactos, todos juntos y revueltos, mientras suenan las sirenas del desastre que se avecina en todo los niveles de la vida española, especialmente en la economía en la educación, donde van a volver los tópicos de la escuela única, laica y pública, atropellando el derecho fundamental de los padres únicos responsables de la educación de sus hijos que no son del estado, para ser manipulados en la aulas por los lacayos del sistema.
La situación no puede ser más sarcástica; los enemigos de la libertad y democracia aspiran a ocupar los sillones ministeriales más delicados para informar a los ayatolás iraníes y a los intemperantes venezolanos de lo que se cuece en la UE. Los que venían a airear la cultura son unos vulgares reaccionarios que nada tienen que ofrecer a los ciudadanos sino las verdades y fiestas católicas profanadas y esperpentizadas (cabalgatas) hasta el absurdo, porque el sueño de la razón produce monstruos.
Valle Inclán podría haber escrito un esperpento sobre la España de 2015-16, en la que los protagonistas no son los militares que malbaratan la política con sus espadones, sino políticos que se mofan de las urnas y de la unidad de España y pretenden gobernar al unísono con separatistas, nacionalistas advenedizos, comunistas pseudo-maxistas que añoran el muro de Berlín, hace décadas derrumbado. Todo antes que gobierne el partido más votado con pactos puntuales sobre temas de claro interés nacional por el bien común de todos los ciudadanos. Les aterra la convocatoria de unas elecciones anticipadas, por el peligro de verse fuera de la sopa boba, pero hacen todo lo posible para que los ciudadanos cansados de tanta frivolidad las pidan para castigar a los irresponsables y pedirles que se vayan. En la situación de la España actual política y cultural se percibe lo que afirmó Valle Inclán, porque en los espejos cóncavos de la realidad de hoy sólo se ven esperpentos.
