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Pajaritos por aquí y por allá

Las propuestas de Podemos ante el debate de investidura

No lo comento con nadie porque me da corte, pero a veces pienso que soy más adolescente ahora que entonces. Y, si solo fuera eso, un pensamiento, pues bueno... Pero debe ser más, pues nunca falta algún familiar o amigo que, de vez en cuando, me dice que tengo pájaros en la cabeza. No lo tomo a mal. Al contrario, respondo que procuro cuidarlos para que estén siempre conmigo porque disfruto y me divierto con ellos. Ya soy mayor y, además, como los pájaros van y vuelven, me queda tiempo de sobra para estar a solas con la realidad.

A solas estaba cuando leí: "Exigir un tope salarial para los más ricos, la jubilación a los 60 años, una renta mínima, de 600 euros, para cada ciudadano, dejar de cumplir la obligatoriedad del déficit, nacionalizar las principales empresas energéticas, un mayor control a las empresas multinacionales, reducir el gasto militar, suprimir las SICAV...".

No sigo porque se habrán dado cuenta, supongo, de que estaba leyendo el Programa Económico de Podemos. Pues bien, cuando acabé de leerlo, me acordé de aquella película en la que Groucho le pide al camarero una lista interminable de platos y, al terminar, se oye a Chico gritar desde el camarote: "¡Y dos huevos duros!". Luego suena la bocina de Harpo y Groucho añade: "En lugar de dos, ponga tres".

Admito que me caían bien los de Podemos y que sí hubiera estado en uno de esos momentos en los que tengo la cabeza a pájaros hubiera dicho: "¡Estupendo!". Y, a lo mejor, hasta hubiera añadido... Y dos huevos duros. Pero estaba a solas con la realidad y la realidad obliga a reconocer que es imposible que se puedan introducir esos cambios por la vía de las urnas. Insistir, como insiste Podemos, en que, si se cuenta con ellos para el Gobierno, todo eso se llevará a efecto, es mentir, engañar y crear falsas expectativas. El caso, aún reciente, de Grecia puede servirnos de ejemplo para aventurar qué pasaría con España si se acometieran esas medidas. Unas medidas que Podemos ha planteado desde una ambigüedad muy calculada para atraer al mayor número de votantes: tanto de la izquierda rupturista, como de la izquierda moderada, los desencantados de cualquier signo e incluso los del centro político.

Por sorprendente que parezca, ha sido ahora, en el debate de investidura, cuando Podemos ha revelado que es de izquierdas y se considera heredero del legado de Pablo Iglesias, el fundador de PSOE. Hasta hace nada, huían del vocabulario de clase con frases como "los de arriba y los de abajo", con las que solían cerrar un discurso interclasista, en el que no reconocían ser de izquierdas ni de derechas.

Ahora, dicen que la izquierda son ellos y nadie más, y lo escenifican con un beso que se adivina amañado para ser portada de periódicos y telediarios.

Menos pájaros señor Iglesias. Menos Programa de Alicia en el País de las Maravillas y menos besos, arrogancia y falsas expectativas. Menos Sálvame Deluxe y más seriedad y cordura. Baje ya de la nube. No le discuto que, como a mí, le gusten los pájaros en la cabeza, pero los pájaros saben cuándo tienen que estar y cuando tienen que irse. No los convoque para un Debate de Investidura porque lo suyo, lo de los pájaros, no es la política. Es otra cosa.

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