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Rajoy, non grato en su ciudad

Sobre la declaración de repudio al presidente del Gobierno en su Pontevedra natal

Eso de la persona non grata es cosa que viene del llamado Derecho Internacional, en la actualidad del Convenio de Viena -año 1961-, y viene referido a los rifirrafes entre los Estados y que naturalmente tiene una transcendencia jurídica.

De tal institución se han apoderado los partidos políticos, particularmente aquellos que sientan culo en sillón y a sabiendas de su escaso poder emulan a los Estados y trasladan figuras jurídicas a la vida diaria de sus plenos. ¡Pobres gentes de Pontevedra!

"Pontevedra / puente de piedra / curso de la antigua calzada romana, la que provenía de Bracara Augusta / Braga / y llegaba hasta Asturica Augusta /Astorga", referencia histórica que hago para advertir al lector de que el gallego de Pontevedra ya fuera romanizado tiempo ha, lo que nunca impide que las sucesivas hordas germánicas allí anidaran y casualmente hoy en día sean quienes riendas lleven de las gobernanzas y compras de bastimentos. En democracia tampoco llueve en su momento.

El caso resulta sencillo. En Pontevedra, a la vera de la ría-mar hay una empresa que da de comer a mucha gente y que se dedica a la pasta, a la de papel. Como toda industria más bien primaria no huele a "agua de Chanel". Les pongo un ejemplo que aquí todos conocemos, aunque más que proponer tal cuestión, les pregunto ¿Quién hace en la villa que huela a huevos podridos?

Aquí en el Paraíso Natural, donde "Yogui" y "Bubu" siguen sin robarnos la empanada y la ensaladilla, pero que sabemos que por ahí andan, tenemos multitud de empresas que nos contaminan mucho más que lo pueda hacer la papelera de Navia, una empresa igual que la de Pontevedra.

Pues bien, en Pontevedra el Gobierno de España ha decidido que la papelera de allí continúe con su actividad, la que además va a ampliar sus instalaciones y contratar a más personal, además de allí. Y como respuesta de los concejales de las llamadas Mareas -podemitas-, del PSG -"sociatas"- y demás grava política, al unísono, en comparsa, van y deciden declarar a don Mariano Rajoy, Presidente del Gobierno de España, persona non grata.

Que diría el lector asturiano si cerraran la térmica y la cementera a la vera de la ría de Aboño, un paraje que fuera espectacular y que en la vida se recuperará, cuando la ría de Pontevedra está preciosa.

No escribo más, empieza a alargarse y ya es suficiente. Pensemos en Avilés: ¿qué queremos?, ¿seguir viviendo aquí?, ¿marchamos?, ¿en qué lugar van a colocar a los empleados de las baterías de coque? Igual amortizan esos puestos aunque ellos queden con vida resuelta. En esta sociedad y en cualquiera otra debemos buscar el equilibrio.

No nos preocupemos, lo de don Mariano obedece a otra cuestión, es una operación política, además de una faena dirigida a su persona, en la que muchos encuentran una cierta satisfacción personal, la de quien no pudiendo hacer daño se ve contento con el que hace el ajeno.

Pero miren, sucede que para dar esa satisfacción a los hooligans son capaces de dejar en la calle a unos miles de trabajadores con sus familias. A esa ganga que se llama progresista la gente les importa una nabiza.

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