Detrás de los escaparates vacíos, los talleres a oscuras y las oficinas en alquiler que pueblan la ciudad se esconden los tristes números que ayer dio a conocer en un exhaustivo informe la Asociación de Trabajadores de Autónomos de Asturias (ATA), y que se pueden consultar bajo estas líneas. La devastación causada por la prolongada crisis de los pasados años fue mayor si cabe entre los trabajadores por cuenta propia, héroes cotidianos del sistema económico no sólo por su lucha contra la burocracia y los impuestos sino también porque suponen un soporte fundamental para la sociedad. Avilés se lleva en este recuento de daños la peor parte debido a que su alta dependencia de la industria en relación con otras zonas de la región mitiga el espíritu emprendedor y provoca que a los pequeños comercios les entre la gripe cuando las grandes fábricas estornudan. Por eso, aquí más que en otros sitios, urgen medidas de apoyo a los autónomos, ahora que lo peor parece haber pasado.
