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Claves para una nueva política pesquera

Acerca de los planteamientos que se propone defender Podemos en materia de pesca

Los pasados días 29 de febrero y 1 de marzo Podemos organizó en Bruselas las I Jornadas europeas sobre pesca artesanal, a las que asistieron colectivos de pescadores de todo el Estado así como científicos técnicos, ecologistas y asociaciones de profesionales del sector. Estaba invitada también la Asociación de Palangreros del Cantábrico, como uno de los pilares fundamentales de la pesca artesanal de Asturias. Por desgracia, el trabajo de la mar no se puede programar y no siempre es fácil para nuestros pescadores desplazarse a este tipo de eventos.

Pero no todo empieza ni acaba en estas jornadas: hubo reuniones previas y habrá otras posteriores; lo mejor es que de aquellos días de trabajo, diálogo y crecimiento colectivos salieron ideas importantes que pretenden ser la antesala del giro tan necesario para las políticas pesqueras de nuestro país. Entre ellas, y a saber: un reparto justo de las cuotas pesqueras, mayor transparencia en la gestión del sector por parte de la Administración, mayor participación de los trabajadores de la mar en todos los procesos de decisión, aplicación real y objetiva de la Política Pesquera Común, la redirección de los fondos europeos para que éstos recaigan en el propio sector, la declaración de la pesca artesanal, el cerco de bajo impacto y el marisqueo como actividades de interés público, el aumento de la dotación presupuestaria para investigación de la mar o la desaparición de cualquier afán recaudatorio de las multas y sanciones, que deben ser equilibradas teniendo en cuenta las dimensiones y características de cada embarcación, frente a la desproporción actual.

Pero hablemos de Asturias. Pocos días después de nuestro encuentro en Bruselas, abrió la costera de la caballa. Este año, nuestros marineros decidieron retrasar el comienzo de la temporada y, además, esperarla en casa en vez de ir en su busca al Golfo de Vizcaya.

Su decisión se basa en dos motivos: uno de soberanía y otro de economía. Por soberanía, para que las capturas realizadas se subasten en las rulas de aquí; por economía, porque con los míseros beneficios que esta costera les aporta no están como para incrementar gastos yendo en su búsqueda. Esta última razón es desoladora: un barco con cuatro tripulantes puede pescar 2.000 kilos al día y la costera, con el cupo asignado a Asturias, durará unos ocho días este año.

Con un precio medio que ronda los 30 céntimos el kilo, lo que se obtendrá por tripulante serán unos 1.200 euros, de los que habrá, a su vez, que descontar los gastos del barco (gasoil, seguro...), las cotizaciones a la Seguridad Social, etcétera. Para acabar de empeorar las cosas, estos barcos englobados en las llamadas artes menores no pueden dedicarse a otras capturas, así que en una semana, a casa y a esperar.

Por ello, la gente de la mar lo tiene claro: repartos justos, lineales, por marinero y barco que se ajusten a la realidad de nuestra flota independientemente de dónde tengan el amarre, sin que se utilice el fruto de su trabajo como moneda de cambio favoreciendo a unos y condenando a otros según la comunidad autónoma donde esté la base.

El mantenimiento de un barco y la Seguridad Social de un marinero son gastos fijos, independientemente de si el marinero vive en Galicia, Asturias, Cantabria o el País Vasco. Entonces, ¿por qué el reparto de las cuotas?

Eso sí, los representantes del PSOE se han autoproclamado defensores del sector cuando en realidad son responsables en gran medida de lo que pasa. Que le pregunten si no a Elena Salgado y su puerta giratoria para ahora estar en el consejo de administración de Nueva Pescanova.

Y es que lejos de buscar soluciones y medidas que respalden a nuestros pescadores, el PSOE ha anunciado a bombo y plantillo que se enzarzará en batallas judiciales que sólo servirán para un par de titulares y dilatar el problema en el tiempo porque la realidad es que hoy nuestra flota artesanal languidece y, con ella, la forma de vida de muchas familias asturianas pues, como bien dicen los pescadores: "De la pesca viven uno en la mar y tres en tierra".

No, Podemos no ha descubierto la pesca anteayer; muchos de nosotros hemos nacido, vivido o crecido cerca de la mar y conocemos bien cuáles han sido los principales problemas a los que se ha tenido que enfrentar nuestra gente. Todos ellos se resumen en una sola frase: falta de voluntad política de poner en el centro del debate la política pesquera, para dotarla de medios y de procesos garantistas que aseguren un desarrollo óptimo del sector.

Porque España aglutina el 30% del empleo de Europa en este sector, tiene 8.000 kilómetros de costa y una capacidad importante de proporcionar alimentos frescos y sanos a la ciudadanía. Es cuestión de defender la soberanía alimentaria de nuestro pueblo y de saber priorizar y legislar de manera justa y, sobre todo, de tener la suficiente valentía como para dar los giros necesarios y poner los derechos de los trabajadores de la mar y el bienestar de nuestros recursos por encima de los intereses particulares políticos o territoriales. Así de complicado y así de fácil. Seguimos adelante.

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