Ayer comenzamos el día con una muy triste noticia: el fallecimiento de Palmira García.
Se amontonan los recuerdos de una mujer que, durante los últimos tiempos y aun atravesando una importante enfermedad, no frenó su actividad al frente de la Asociación de Donantes de Sangre. El desarrollo en los últimos tiempos de esta organización, gracias al trabajo incansable a todos los niveles que desempeñó Palmira, situaron a los concejos de nuestra comarca como los mejor dotados en lo que respecta al asunto de las donaciones, con un aumento considerable, como ella decía, "de bolsas", y cada vez mayor número de "brazos extendidos".
Todavía tengo en la retina mis últimos encuentros con ella, y la ofrenda que el día de Asturias realizamos en nombre de la ciudad de Avilés a Nuestra Señora la Virgen de Covadonga.
No es una expresión protocolaria, no, sino que Avilés ha perdido a una gran persona que supo prestar un grandísimo servicio a la sociedad.
Mi más sincero pésame a su esposo e hija.