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El paso del trapero

Conflicto

El hecho artístico como motor de cambio

La falta de debate, el consenso más o menos generalizado en el mundo del arte, puede indicar, según Manuel Borja-Villel (Burriana, 1957), que estamos en un estadio arcádico, que no parece probable, que el juicio ha perdido su función social, lo que resultaría preocupante, o la existencia entre los diversos actores de una "complicidad o, peor aún, el apego a no cuestionar para no ser cuestionado". Las conversaciones del artista Marcelo Expósito (Puertollano, 1966), muy implicado en la plataforma "Barcelona en Comú", con el actual director de Centro Reina Sofía dieron como resultado el libro "Conversación con Manuel Borja-Villel", editado por Turpial, una reflexión sobre la función pública del museo, la regeneración democrática y el papel de la cultura en un escenario en el que resulta imprescindible implicarse, generando disensos dónde algunos sólo quieren ver consensos. Una revolución desde dentro de las instituciones, "poniéndolas al servicio de la gente", revitalizando esa agónica situación en la que sobreviven, ese descreimiento y alejamiento mutuo con la ciudanía. Algunos creemos que se puede cambiar reapropiándose de términos como populismo, redefiniéndolo más allá de la solución fácil a problemas complejos como una "potencia de la multitud".

La charla parte de cuando a Borja-Villel se le nombró director de la Fundación Tàpies (1990-1998), un capítulo centrado en la gobernanza de un institución ejerciendo la crítica. La pregunta "¿cómo empodera un museo a la sociedad?", abre la etapa en el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona -MACBA- (1998-2008) y finalmente, como actual director del Museo de Arte Reina Sofía la charla deriva hacia el papel de la historia del arte al servicio de la gente. Aunque la conversación resulte rigurosa y se apoye para refrendar su tesis -el museo como agente de democratización social- en diversas estelas filosóficas, artísticas y políticas, que siguen una línea radical, nos encontramos ante un relato didáctico y ameno, imprescindible para desintegrar la idea de que el arte y la cultura en general son un adorno, cuando realmente deberíamos pensar en prácticas rupturistas.

Resulta imposible en este espacio esbozar todos los temas tratados, pero en esta conversación rememora la exposición "La ciutat de la gent" que supuso un cambio de modelo en los planteamientos expositivos, o la influencia en la identidad del MACBA de la politóloga Chantal Mouffe que reivindica el conflicto como elemento esencial de la democracia, o la muestra "Antagonismos. Casos de estudio", concebida como un relato historiográfico bajo la forma de ensayo; así como la reordenación y contextualización de la colección del Reina. Y nombres como el colectivo artístico "La Fiambrera Obrera", el grupo RTMark, Adrian Piper, Krzysztof Wodiczko, Pere Portabella y Allan Sekula citados, entre otros, en las historias de un libro necesario para comprender cómo el hecho artístico puede desactivar el desencanto, el pesimismo actual y activar otro imaginario social.

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