El estruendo que sale desde hace meses del Conservatorio por los enfrentamientos internos acaba de dar un paso más con la sentencia que anula el nombramiento de su directora, al entender que el proceso de selección incurrió en serias irregularidades. El fallo, leído con pausa, es una enmienda a las normas que rigen un centro muy peculiar, diferente a casi todos los que imparten su formación, porque depende del poder municipal y no del autonómico. Por eso, urge que el gobierno local tome cartas en el asunto y ponga orden en una institución imprescindible para la ciudad, a la que da prestigio dentro y fuera de Asturias. La revocación del proceso supone, en principio, que se restaure la situación anterior al concurso de hace un año, cuando la directora que finalmente fue elegida ocupaba el cargo de forma interina tras la jubilación de su antecesor. Cuanto más se dilate una solución, peor sonará lo que está pasando en esta joya educativa.
