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Ventanal

Socialdemocracia europea

El debate ideológico en la campaña electoral y la encuesta del CIS

El auge electoral del populismo está alterando la trama, la urdimbre, de nuestro esquema político, en tal grado que afecta hasta la identificación de las diferentes alternativas que compiten en el próximo evento.

La cuestión alcanza su punto crítico con los resultados que arrojan las diferentes encuestas de intención de voto. Para un amplio sector de electores, no es una desmesura suponer que se han sorprendido, y en cierto modo alterado, al conocer que el populismo más radical, tanto en el conjunto de España como en Cataluña, ha alcanzado tal grado de protagonismo que puede legalmente asumir la responsabilidad de gobernar el país. El recuerdo de la nominación "Frente Popular", está ahí. En Cataluña, el populismo tiene otros componentes, haciendo aún más complicada la estabilidad. Menos de una docena de diputados de la CUP van a condicionar económica y socialmente a una región de siete millones de habitantes y una riqueza de más del 20% del PIB nacional.

El caudillo populista Pablo Iglesias, que se ha confirmado como el político más imaginativo, ha descentrado a los líderes del PSOE al proclamar que Unidos Podemos es de naturaleza una coalición socialdemócrata. Estamos ante una especie de rapto de ideologias en el que un partido con escasos tres años de origen, pone contra la pared a quien acumula siglo y cuarto de historia.

Con el programa en la mano, por cierto atractivamente expuesto según el modelo de Ikea, empresa capitalista y globalizadora, la maniobra de sustituir comunismo por socialdemocracia, no es mas que un trueque conceptual de camuflaje para no asustar a amplios sectores que recelan del peso real que puedan tener en la coalición tanto Izquierda Unida como los hombres del PC. A Pablo Iglesias le vale todo y no le importa subvertir la historia, incorporando a la socialdemocracia al propio Lenin, que a partir de 1917 masacró a todos los socialdemócratas que le estorbaban en la revolución y que bautizó como "pequeñoburgueses".

Se dice que parte de la estrategia en la contienda electoral se basa en propagar el miedo a las iniciativas más polémicas en materia fiscal, con impuestos confiscatorios a las clases medias ,a los trabajadores con nóminas estables, a pequeños y medianos empresarios. En un propósito recaudatorio para alimentar un gasto público insoportable e ineficiente.

No es cuestión de tremendismo, sino de pura reflexión, de sentido común y de echar una ojeada a las experiencias vividas y actuales de quienes pretenden dar marcha atrás en la Historia. El Muro de Berlin cayó por algo, aunque el chavismo y el sátrapa de Corea del Norte no se den por aludidos.

La encuesta del CIS avisa tanto de la victoria de la izquierda más extrema como de que el PP sigue sin recuperar tres millones de votos, de la debacle del PSOE por los malos rumbos de Rodríguez Zapatero y Pedro Sánchez, y de la ambigüedad de Ciudadanos. Según el mismo CIS, existe un tercio de votantes, indecisos hasta última hora, que podrían recomponer los resultados. Puestos a tomar partido valdría la reflexión de que sería muy positivo intentar, otra vez, el entendimiento de los partidos constitucionalistas y una aceptación generalizada a la auténtica socialdemocracia europea, equilibrada y moderada, con los valores de la democracia occidental y no la que nos pretenden empaquetar en catálogo couché.

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