El Festival Intercéltico de Avilés ha quedado en un buen lugar en opinión de la organización y de la inmensa mayoría de los participantes. Y eso es noticia porque ha pasado por constantes altibajos desde que echó a andar hace dos décadas. Sólo había que darse una vuelta cualquier tarde de la semana pasada por la carpa instalada en La Exposición para certificar que el éxito de público ha sido notable, aunque tampoco faltan quienen critican que el certamen ha perdido esencia por relegar a un segundo plano la música y la gastronomía tradicionales para convertirse, según dicen, en una feria al uso. Sea como fuera, habrá que reconocer que la ubicación elegida para los actos centrales ha sido un acierto, consolidando a Las Meanas como escenario idóneo para casi cualquier sarao. En estos tiempos de estrecheces en las partidas para los festejos conviene ir a lo seguro. Y el gran espacio junto al Suárez Puerta lo sigue siendo.
