Espero que en estas palabras se vean reflejados todos los jóvenes que, como yo, hemos tenido la fortuna de encontrar en los momentos en que más necesitamos que nos ayuden a encauzar nuestra vida, a una persona como Juan.
Salesiano de sentimiento y de vocación, scout de corazón y entregado a compartir su vida con los jóvenes.
Ha sido y seguirá siendo mi compañero de viaje, porque me enseñó un camino del cual aún me queda mucho que recorrer, para vivir con los valores, la coherencia y el estilo de vida en el que él creía y nos deseaba mostrar a todos.
Un hombre sencillo, amante de la música, de las pequeñas tertulias alrededor de una hoguera, conocedor de todas y cada una de las estrellas, las cuales le hacía feliz contemplar.
Como Juan Bosco Soñador, fundador de los salesianos, que dedicó su vida a los más jóvenes, podríamos decir de Juan López que ha sido nuestro " Juan Soñador".
Los scouts siempre realizan un saludo donde el dedo pulgar se apoya sobre el meñique, esto significa que el fuerte protege al débil, y ese fue su lema de vida. Su canción preferida, y que he deseado que escuchara antes de partir, es del cantautor Lluis Llach y se llama "Que tengamos suerte". Dice así:
"Si me dices adiós,
Quiero que el día sea limpio y claro,
Que ningún pájaro rompa la armonía de su canto
Por eso a pesar de la niebla
¡Hay que caminar!
Que tengamos suerte".
Te echaré de menos, pero estaré siempre alerta porque sé que me seguirás acompañando en el camino.