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Cronista oficial de Avilés

Se nos fue el verano

Balance de unos intensos meses en la ciudad, con charlas, fiestas, cruceros y bullicio en las calles

Y se nos fue el verano. Hoy, día de Santa Mónica, estamos esperando la gran fiesta de mañana, la de su hijo San Agustín, nuestro patrono. Quizás las mujeres tendríamos que reclamar una mayor atención hacia la figura de Mónica, esa mujer que tuvo, como tantas, que aguantar las tarascadas de un hijo joven e impulsivo, pero que nunca se rindió y llegó a verlo sabio, obispo y santo.

Agosto se nos ha ido en un suspiro. Por Avilés ha pasado en este mes María Neira, nuestra gran figura asturiana en el mundo de la nutrición, digna seguidora de Grande Covián, que recibió la distinción "Jamón de Plata Negra". En el entorno de la villa se han celebrado las mil y un romerías veraniegas y dentro de ella misma la muy popular de San Roque en el Carbayedo, de gran raigambre histórica. Mañana es nuestro día grande.

Si piensa la lluvia que nos va a desanimar, es que la pobre no sabe cómo somos los avilesinos. Ayer se inauguró ese mercado medieval que viene a recordar el que nos concedieron los Reyes Católicos para superar el devastador incendio que arruinó nuestra villa. Llevamos ya una semana con eventos culturales: teatro, conciertos y más cosas. Mañana se cerrará nuestra exposición de ganado.

Y como siempre, nuestra ría, esa ría que festejamos durante meses con la exposición "Portus", que ha recibido la visita de cruceros y cruceristas, que ha visto atracar de nuevo el buque-escuela "Creoula" y que, sobre todo, sigue siendo un gran puerto pesquero, al que en agosto visitan los boniteros y los barcos que, a pesar de la escasez de la especie, han podido traernos sardinas, pura plata; y un gran puerto comercial, con la apertura de los nuevos muelles en la orilla derecha y la exportación de esos productos metalúrgicos de alto valor añadido que acreditan a las empresas afincadas en su entorno. Todo ello vigilado por el faro, a su entrada, y por la torre del Niemeyer, a cuyos pies y en cuyo entorno se han celebrado también numerosos eventos.

Así que mañana, todos a festejar el día de san Agustín. Y a prepararnos para el otoño tachonado de uniformes escolares y libros nuevos que huelen a ese maravilloso perfume que es la tinta de imprenta.

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