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De Covadonga al bullicio de Avilés

Bienvenida al nuevo párroco de San Nicolás de Bari

El domingo la iglesia tradicional de Avilés -San Nicolás de Bari- vivió una jornada parroquial de gran emoción familiar y de profundo simbolismo litúrgico. Un hijo de la Villa del Adelantado, Alfonso López, era nombrado párroco con todos los deberes y honores que la Iglesia, Madre y Maestra de la Verdad, otorga a los elegidos para tan importante labor apostólica, y representados en la entrega de la llave del sagrario y de las llaves que cierran y abran la casa común que es la parroquia.

El acto tuvo una emoción especial porque allí estaba la madre del nuevo párroco, comprometida con la vida parroquial, su hermano mellizo, también sacerdote, y su padre, que lo acompañaba en altar como diacono permanente casado. Una familia elegida para servir. Se encargaron de pregonar la ceremonia las campanas de la parroquia que repicaron alegres y sonoras anunciando a los cuatro vientos que Alfonso López volvía a su parroquia de toda la vida como último responsable. Llegaba de la tranquilidad majestuosa de Covadonga al ruidoso de Avilés.

No faltó casi nadie, allí presidiendo la Santa Misa estaban el Arcipreste Responsable; su mentor vocacional, el párroco emérito Don Ángel Garralda, numerosos sacerdotes que con él concelebraban, el alcalde de Soto del Barco, los representantes de las fuerzas vivas de la parroquia: Adoración Nocturna, Cofradías de las Semana Santa, Pastoral Juvenil, Vida Religiosa, profesorado del colegio parroquial, de instituciones culturales Cofradía del Bollo, responsable de la Guardia Civil (?)

La breve pero intensa homilía el nuevo párroco fue un canto a la amistad y a las vivencias infantiles y juveniles hasta su ingreso en el seminario, en donde se fraguó lo que ahora es un muy buen sacerdote pese a su juventud curtido en mil batallas apostólicas. Se presentó humilde y decidido para recorrer junto con todos los parroquianos, los tiempos de la Nueva Evangelización, con la salida -según pregona el Papa Francisco- a las periferias de la increencia, de la indiferencia y de la sospecha laicista que lucha por presentar a la Iglesia como un bello relicario con más pasado que futuro.

Al nuevo párroco no le asustan los retos de la incredulidad, todo lo contrario por eso ofreció a la Santina de Covadonga, bajo cuyo manto protector pasó los últimos años, su misión sagrada de nuevo párroco de San Nicolás de Avilés.

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