La tarea al frente de la gestora del PSOE que coordina el presidente del Gobierno del Principado de Asturias parece a todas las luces, por ahora, imposible por improbable. Él mismo ha reconocido esta realidad al afirmar que lo primero que debe hacer es actuar como un bombero, palabras textuales: "Hay que acabar con el incendio que nos está consumiendo y que puede ser irresoluble". Con los incendios que asolaron a Asturias hace meses, el Gobierno que preside acabó con flecos sin resolver. Con el incendio que puede consumir al PSOE lo tiene más crudo, porque se mueve según sus propias palabras entre lo malo y lo peor: no permitir que el partido más votado forme gobierno, mientras que el PSOE que deja Pedro Sánchez se desangra cada vez que se celebran elecciones y, por lo tanto, "no" a las terceras elecciones.
El PSOE es el más residual de los partidos socialista europeos, excluido el PASOK. Lo que sí está dispuesto es a hablar con Rajoy, eso sí, si éste lo llama, porque Fernández no va a tomar la iniciativa. Para Fernández, hoy por hoy, sigue plenamente vigente la postura aprobada por el Comité Federal de no respaldar la investidura de Rajoy, ni de ningún otro candidato del PP, lo cual quiere decir que tiene que haber nuevas elecciones, que dice ser lo peor para el PSOE y para España en su conjunto.
De lo que parece estar muy seguro el señor Fernández es de que el espectáculo lamentable y bochornoso del comité no puede repetirse, para lo cual propone recuperar la confianza de los ciudadanos; bajar el nivel de la temperatura para que el fuego no devore al PSOE. A Fernández, le espera una tarea, si no imposible, muy difícil, porque el "no" a Rajoy es un parte esencial que Pedro Sánchez ha inoculado en el PSOE. Replantearse el facilitar el Gobierno de Rajoy, revocando así la resolución tomada hace meses por el Comité Federal en contra de permitir un Gobierno del PP, es precisamente la principal tarea que tiene Fernández para no caer en sus trampas saduceas.
