La lógica jurídica, ética y mística histórica indica que los sacramentos de iniciación cristiana (bautismo, eucaristía y confirmación) deberían administrarse con el consentimiento y cuando la persona tenga plena conciencia, capacidad o la madurez suficiente para garantizar el derecho a una óptima elección en libertad y la protección frente al adoctrinamiento. Si bien, el artículo 14 de la Convención sobre los Derechos del Niño aprobada en 1989 (CDN) señala que "el niño tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión bajo la dirección de su padre y su madre, y de conformidad con las limitaciones prescritas por la ley" y dicha convención vino a aportar la necesaria nueva visión de los niños como sujetos de derechos, que antes no existía basados en cuatro principios fundamentales: la no discriminación (todos los niños tienen los mismos derechos), el interés superior del niño (cualquier decisión, ley, o política que pueda afectar a la infancia tiene que tener en cuenta qué es lo mejor para el niño), el derecho a la vida, la supervivencia y el desarrollo (todos los niños y niñas tienen derecho a vivir y a tener un desarrollo adecuado), y la participación (los menores de edad tienen derecho a ser consultados sobre las situaciones que les afecten y a que sus opiniones sean tenidas en cuenta).
No cabe duda de que se ha avanzado sustancialmente, pero aún quedan retos significativos pendientes y uno podría ser éste; y regular y legislar con coherencia y seguridad jurídica
Para afiliarse a un partido político se requiere ser mayor de edad. Así lo establece el artículo 8.1 de la Ley Orgánica 6/2012, de 27 de junio, de partidos políticos: "Los miembros de los partidos políticos deben ser personas físicas, mayores de edad, y no tener limitada ni restringida su capacidad de obrar. Todos tendrán iguales derechos y deberes". Y no olvidemos que la religión como la política son actividades rigurosamente individuales. Tanto la política como la religión son un conjunto de valores y normas que se expresan en decisiones y acciones específicas. Ambas expresan relaciones de poder y jerarquía (reglas y autoridades donde se imponen unos sobre otros) con la justificación de un bien superior, utilizan a sus afiliados o adeptos para legitimar ciertas posiciones y acciones de sus líderes.
Hasta el siglo IV, aproximadamente, la eucaristía se recibía por primera vez cuando el adulto era bautizado. Luego, por diversos motivos, se fue distanciando un sacramento del otro. En España, se recibe aproximadamente a los 9 años; el niño tiene que estar bautizado, prepararse para este sacramento acudiendo a un curso llamado catequesis de dos años de duración, en el que le enseñarán los principales preceptos de la Iglesia Católica y confesar sus pecados ante un sacerdote. Las escrituras indican que existe una edad de responsabilidad mínima antes de que pueda efectuarse el bautismo.
Dado que el bautismo es un convenio con Dios, se espera que cada persona haga este convenio por sí misma, en un estado de convicción y de plena conciencia. Los niños pequeños nacen en una total inocencia y son, por tanto, considerados puros ante el Señor, sin pecado alguno, por lo cual no necesitan del bautismo. La Biblia nos muestra que los primeros cristianos siguieron el ejemplo de Jesucristo, bautizándose a una edad en la que ya pudieran ejercer su propia responsabilidad. A esta edad, en la que el bautismo comienza a ser necesario porque el hombre se convierte en responsable ante Dios y, por lo tanto, capaz de cometer pecados, es a lo que las escrituras se refieren como "edad de responsabilidad". (Nuevo Testamento Marcos 10:13-15).
Es claro que el Señor tiene por inocentes a los niños pequeños, por lo que no se debe suponer que corren peligro alguno durante su infancia en cuanto a su salvación espiritual. El Señor ha ratificado lo siguiente: y también vi que todos los niños que mueren antes de llegar a la edad de responsabilidad se salvan en el reino de los cielos. (Doctrina y Convenios 137:10).
El bautismo de niños pequeños ha sido expresamente prohibido por el Señor Jesucristo en las revelaciones que se han recibido en la época moderna. En la revelación sobre la organización de la Iglesia, recibida en abril de 1830, el Señor expresa lo siguiente: "Nadie puede ser recibido en la Iglesia de Cristo a no ser que haya llegado a la edad de responsabilidad ante Dios, y sea capaz de arrepentirse".
(Doctrina y Convenios 20:71).
Asimismo, en la sección 18 de Doctrina y Convenios, recibida en una fecha más temprana, se encuentra la siguiente instrucción: "Porque todos los hombres deben arrepentirse y bautizarse, y no únicamente los hombres, sino las mujeres y los niños que hayan llegado a la edad de responsabilidad". (Doctrina y Convenios 18:42).
El bautismo de Jesús fue realizado a una edad de responsabilidad. No se bautizó siendo un niño (Lucas 3:23). Esto es importante porque significa que el bautismo debe ser una decisión personal.
En la Iglesia Católica no se requiere la mayoría de edad para iniciarse. Pero, sin embargo, para los cuadros directivos, para ser ordenado sacerdote, se exigen veinticinco años cumplidos y ser hombre.
Así también nos evitaríamos que la jurisdicción tuviera que decidir e inmiscuirse en una materia para la que nos es apropiada como el evangelio o dogma; como el caso de la sentencia que motivó este artículo. La Audiencia de Palma de Mallorca ha revocado la decisión del juez de primera instancia competente del asunto, que falló que no se podía obligar a la niña en cuestión de ocho años a que hiciera la comunión si no era su deseo.
El conflicto surge porque un padre demanda a su exmujer porque quiere que su hija celebre la primera comunión; la madre se oponía a ello así como también a que cursara Religión en vez de otra asignatura alternativa. La niña reveló al juez que acudía a catequesis, pero que no le apetecía mucho pues prefería ir a natación y que no quería hacer la Comunión como le comentó a su madre, pero sí le gustaría ponerse el vestido blanco. La Audiencia, finalmente, falla en favor del padre y obliga a la niña a consumar el citado sacramento al tener en cuenta que ha sido bautizada, al igual que sus padres, que se casaron por la iglesia y que confiesan que son creyentes; "un acto consecuente a la trayectoria católica de los padres".
Además, aunque solo sea el padre quien desea que se celebre esta ceremonia religiosa de administración de un sacramento, dilucida que "no genera daño ni perjuicio alguno a la niña, ni a la madre", quien se confesó católica y creyente y que la primera comunión es, tras el bautismo, "el segundo acto importante en la vida de los católicos" y que es una ceremonia que solo se celebra una vez en la vida y es costumbre que la comunión vaya acompañada de una fiesta familiar y que las niñas suelen llevar "un bonito vestido blanco".
Lo confieso, siempre me ha encantado Mafalda. Es uno de esos personajes que lees sus historietas en la infancia con ternura, pero que, con el paso de los años, no sólo le coges más cariño, sino que entiendes el sentido real que tienen muchas de sus viñetas.
Una de sus viñetas más famosas es cuando Mafalda está buscando en el diccionario la palabra "democracia" y, tras leer su definición (del Griego, "demos", pueblo, y "kratos", autoridad. Gobierno en que el pueblo ejerce la soberanía) comienza a reír de tal manera que la risa le dura durante la cena e incluso hasta la hora de ir a dormir, ante la mirada asombrada de sus padres.
No sé si los votantes y militantes socialistas tendrán esa misma risa o más bien sentirán la rabia que Mafalda tenía cada vez que le tocaba comer sopa. Lo que sí es cierto es que el PSOE, con su abstención, no sólo está traicionando y mintiendo a sus votantes (acordaros de ese lema que usaron en las generales del 20 diciembre que ponía #EchemosaRajoy), sino que está apuntalando y afianzando al PP, y con ello al régimen del 78.
Cuando hablamos de régimen, el PSOE fue y es el partido de régimen, ya que siempre pudo reunir a un gran consenso social y apaciguar toda opción de protesta real o alternativa política y social y, por tanto, ser el principal garante de éste y sus políticas. Tanto el PSOE como el sistema en su conjunto vive una crisis que se ha ido agudizando durante los últimos meses y que vivió su punto culmen el pasado 23 de octubre en el comité federal, donde el partido rechaza cualquier tipo de autonomía o soberanía política y se somete al poder de aquellos que no se presentan a las elecciones, pero que siguen gobernando en la sombra: los poderes fácticos, económicos, oligárquicos y mediáticos, cambiando de un "no es no" rotundo a la abstención por sentido de Estado.
Siguiendo con las viñetas de Mafalda, para esta situación bien podríamos usar la que su madre le está diciendo que coma la sopa y ella le responde: "¡No la tomo y no la tomo! Y yo sería una repugnante si hubiera algún soborno capaz de hacerme desertar de mis principios, traicionar mis creencias y vender mis convicciones!". La madre le ofrece panqueques y la viñeta acaba con Mafalda diciéndose mientras toma la sopa: "¡Qué asco me doy a veces!". Haciendo el símil, Mafalda sería el PSOE, la sopa el voto de abstención y el panqueque, el "sentido de Estado".
La abstención del PSOE a nivel estatal también tiene que ser leída en clave asturiana, y es que Asturies tiene, nada más y nada menos, el privilegio de compartir su presidente: el del Principado y el de la gestora del PSOE que pondrá a Rajoy en el Gobierno.
Javier Fernández ha perdido toda legitimad para transmitir o defender políticas que se deberían asociar a un partido que lleva en su nombre "socialista"; aunque, personalmente, dudo de que tuviera antes tal legitimidad. No podemos consentir que la misma persona que abandera el "hay que abstenerse por el bien del país" y ceda el gobierno al PP siga siendo presidente del Principado sin ninguna consecuencia o coste político. Javier "El Mudu", como se le conoce por su escasa actividad, ha llevado a Asturies a una situación de coma en donde tenemos una de las menores tasas de natalidad, de crecimiento económico y actividad de todo el Estado, y donde los jóvenes vemos muy negro nuestro futuro y nos vemos obligados a emigrar, aunque algunos dijeran que era una leyenda urbana.
Mafalda, en una de las múltiples noches en las que su madre le servía sopa le decía aquello de: "Le parecerá triste, Raquel, pero en momentos como este, 'mamá' es tan sólo un seudónimo". Se podría parafrasear con: "Le parecerá triste, Javier, pero en momentos como este, 'socialista' es tan sólo un seudónimo".
