Dicen en el gobierno local que su prioridad es "atender a las necesidades de las personas que viven en nuestra ciudad" y que mientras tanto "Somos Avilés e IU siguen centrados en la gestión y los procedimientos". Se refieren a nuestra insistencia en la recuperación para la gestión directa de servicios municipales que fueron privatizados. Para el gobierno socialista de Avilés, lo procedimental es irrelevante, lo que importa es el producto final.
Resulta que el PSOE rechaza la reforma laboral del PP pero luego en el día a día de las administraciones que gestionan no tienen mayor problema en servirse de ella. En la tribuna del Congreso llaman "explotación" a las condiciones laborales del personal de los servicios externalizados por las empresas y en el Ayuntamiento de Avilés lo llaman "eficacia". Defienden el principio de "a igual trabajo, igual salario" en su proposición de Ley y en el Ayuntamiento de Avilés hay ordenanzas de la plantilla municipal, de la empresa auxiliar y de las subcontratas con la misma tarea y tres nóminas diferentes. Los últimos ganan la mitad que los primeros.
En algunos servicios que presta el Ayuntamiento la plantilla está a las condiciones del Estatuto y con el salario mínimo, en otros, un poco más. Cobrar 4 euros la hora no es excepcional, lo extraño es pasar de los 6. La cosa está aún peor para quienes tienen contratos parciales. Forman parte de esos 6 millones de personas que no llegan a los 650 euros al mes, esas personas que Fátima Bañez decía que no existían. Esos fantasmas son, sin embargo, la realidad característica del mercado laboral postcrisis.
Los trabajadores pobres, los "working poor" que en Estados Unidos sobreviven malamente combinando varios trabajos o atrapados en Mc Donald's y Wallmart, en España también trabajan para las administraciones públicas. El Ayuntamiento de Avilés es un buen representante de esa "modernidad".
El sector público jugó en el pasado un papel compensador de las desigualdades salariales de género. El proceso de las privatizaciones va en sentido contrario porque sectores como el de los cuidados o el de la limpieza, muy feminizados, se precarizan. Mi madre fue uno de esos "procedimientos" víctima de la subasta de mano de obra de los concursos municipales para adjudicar servicios. Un día se levantó y se fue a trabajar en la ayuda a domicilio con un salario un 20 por ciento inferior al que tenía el día anterior. El servicio se siguió prestando y ella siguió con su cara amable sonriendo a las personas que cuidaba pero su vida se hizo un poco más complicada. Será por eso que me preocupo por los "procedimientos".
Para el PSOE avilesino, la recuperación de servicios, una idea que prende con fuerza en muchos municipios porque fortalece al sector público, crea empleo, mejora el servicio y mejora las condiciones laborales, es una mala idea. Lo cierto es que tiene una contraparte: obliga a que el equipo de gobierno asuma nuevas responsabilidades. La privatización permite a los gestores políticos desentenderse de los trabajadores, sólo son "procedimientos".
En la propuesta socialista de presupuesto municipal de Avilés para 2017 uno de cada cuatro euros va a servicios privatizados y la mayoría de esos créditos son para las grandes empresas multiservicios. El gobierno se queja de nuestra insistencia, "repiten propuestas del año pasado", critican. La injusticia va a más, por eso mantenemos el discurso. Disculpe las molestias, los "procedimientos" también viven en nuestra ciudad.
