Casi a la misma hora que los alumnos del instituto de Corvera pedían en la calle más clases de Educación Física para promover las costumbres sanas, el Gobierno anunciaba ayer que aumentará de dos a tres las horas semanales de esta asignatura en Ceuta y Melilla, los únicos territorios en los que mantiene competencias educativas, y animaba a que todas las autonomías sigan el ejemplo. Hace apenas dos décadas, cuando los niños jugaban al fútbol hasta en el pasillo de casa, este debate causaría asombro. La "gimnasia", como vulgar y erróneamente se la llamaba, era para muchos padres y estudiantes una "maría" que apenas representaba una ampliación del recreo. Pero ahora, con una obesidad juvenil disparada por la mala alimentación y los hábitos sedentarios del móvil y la consola, que esta materia gane peso en el currículum parece, como poco, una cuestión de salud social.
