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Coordinador de IU de Avilés

Giro a la izquierda en Avilés

El coordinador general de IU analiza el estado de las relaciones entre la coalición y el PSOE y tiende la mano para mejorarlas

Pedro Sánchez ganaba las elecciones primarias socialistas con el compromiso expreso de trabajar por el entendimiento y la colaboración entre las fuerzas políticas de la izquierda. Hace unos días, incluso Javier Fernández se sumaba a esa nueva estrategia enviando sendas cartas a Podemos e Izquierda Unida para negociar "un pacto de izquierda que sirva para impulsar el progreso y la transformación de Asturias".

En Izquierda Unida de Avilés asistimos entre esperanzados y escépticos al nacimiento de ese nuevo PSOE. Esperanzados porque sabemos que son muchos los socialistas locales que apuestan también por que el suyo sea un partido nítidamente de izquierda; y escépticos, porque lamentablemente entre ellos no se encuentra ni la Alcaldesa ni ninguno de los miembros del gobierno local.

Es evidente que a los integrantes del gobierno municipal, el advenimiento de ese nuevo socialismo les ha pillado con el pie cambiado dado que las políticas que desarrollan en Avilés son completamente ajenas e incluso incompatibles con las de un proyecto de izquierdas que entona la Internacional y que incluso dice querer representar al 15M.

Sólo dos ejemplos, pero muy reveladores.

1. Mientras el nuevo PSOE se compromete a arremangarse para lograr un sistema libre de corrupción, el gobierno municipal boicotea la comisión de investigación sobre la trama del agua con el objetivo de ocultar los turbios manejos cometidos por los mismos políticos y exdirectivos de Aquagest y de Aguas de Avilés para los que los socialistas de Corvera solicitan severas penas de cárcel.

2. Mientras el nuevo PSOE elige como portavoz federal al alcalde que acaba de liderar la remunicipalización del agua en Valladolid, o mientras el alcalde socialista de Oviedo rescata la gestión de la recaudación municipal, la Alcaldesa de Avilés sigue instalada en sus trece, promoviendo privatizaciones como la de la gestión de las multas, tan anacrónicas como ideológicamente injustificables.

La privatización de las sanciones asciende a un importe superior al millón de euros y se encuentra bajo sospecha tras haber sido anulado ya en dos ocasiones por sendas resoluciones del Tribunal de Recursos Contractuales, que apreció claros indicios de "amiguismo" en las cláusulas de los pliegos de contratación.

Avilés se encuentra en punto muerto, tras más de dos años en manos de un gobierno frágil y en minoría absoluta. Pese a ello y al riesgo cierto de que el suyo sea un mandato en blanco, la Alcaldesa ni siquiera mueve un dedo para intentar buscar la estabilidad política que cualquier ciudad necesita para construir su futuro.

Mariví Monteserín debería pedir asesoramiento a los nuevos dirigentes de su partido. Le podrían contar que la izquierda está condenada a entenderse para impulsar la defensa del estado del bienestar y la regeneración democrática y también que una alcaldesa que se pretende socialista ya no puede promover privatizaciones de servicios públicos ni mucho menos encubrir, por activa o por pasiva, la corrupción.

Como muy bien dice la flamante presidenta del partido, Cristina Narbona: "El PSOE no solo debe ser de izquierdas, sino parecerlo". Por eso, desde Izquierda Unida le volvemos a tender la mano a los socialistas avilesinos para que giren a la izquierda abandonando definitivamente sus políticas neoliberales.

Pero para que nadie se llame a engaños, me gustaría dejar claro que el necesario entendimiento entre los grupos municipales de la izquierda en Avilés pasa necesariamente por poner encima de la mesa todas las facturas del agua y por paralizar todos los procesos de privatización de servicios en marcha, como el de las multas o el del mantenimiento de los edificios municipales.

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