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Hija de Francisco Orejas Sierra, exalcalde de Avilés

El osado ataque de IU a tres alcaldes y un rector

Sobre la propuesta de quitar el nombre actual a tres calles de Avilés y al campo de fútbol

Desolada, indignada... Así me ha dejado la lectura de la noticia publicada con fecha 11 de agosto en LA NUEVA ESPAÑA. En ella, la concejala Conde (IU) asegura que "las víctimas del franquismo siguen soportando el insulto de ver calles y plazas de nuestro país dedicadas a los asesinos de nuestros padres, abuelos y familiares". Y explicita sin pruebas tal comportamiento en las personas de tres alcaldes -Francisco Orejas Sierra, José López Ocaña y Román Suárez Puerta- que en diferentes épocas del periodo 1928 a 1965 tuvieron el honor y la responsabilidad de presidir el Consistorio avilesino. También incluye al catedrático y Rector de la Universidad de Oviedo, natural de Avilés, Sabino Álvarez Gendín.

Concejala Conde, no solo desconoce usted la historia real de su ciudad, sino que utiliza la difamación contra personas que desde el cariño y la dedicación a Avilés sirvieron con honestidad a sus vecinos y gestionaron con acierto y entusiasmo épocas y acontecimientos difíciles y problemáticos dejando con el ejemplo de su trabajo la huella del buen hacer a favor de todos los avilesinos.

Mi querido y recordado padre, Francisco Orejas, como los demás alcaldes citados cruelmente por usted, ejerció sus responsabilidades entre los años 1956 y 1965 sin recibir contraprestación regular alguna, tal era el honor de su cargo. Actualmente no es así, ¿verdad concejala?

La calle Francisco Orejas no existía en el año de su muerte, se estaba urbanizando. Él impulsó el primer plan de ordenación urbana de Avilés. Revise en la hemeroteca cómo lo despidieron sus convecinos. El alcalde López Ocaña tiene su calle en un área que fue propiedad de su familia y que junto al lavadero aún existente fue donado al Ayuntamiento de Avilés. Y qué decir del alcalde Suárez Puerta, que entre sus muchas labores fue el impulsor del campo de fútbol del Real Avilés, que hoy, 80 años después, conserva su sitio y su nombre con el agradecimiento y cariño de los avilesinos de cualquier acepción política.

¡Ah! Firmar un parte de autopsia, bien como profesional, bien como autoridad administrativa, no constituye un delito, no identifica a nadie como asesino ni como promotor de muerte alguna. Don Sabino fue un reputado catedrático de Derecho Administrativo (1934), y posterior Rector de la Universidad de Oviedo.

Sólo me resta decir que es bueno e inteligente acercarse a la historia de España, y a cualquiera, con ánimo de aprender y dispuesto a la comprensión de los hechos que la constituyen. Sería usted más feliz y seguro que más respetable.

Me queda el consuelo que mi padre no está muerto, sigue vivo en el recuerdo y el corazón de tantísimos avilesinos que todavía lo recuerdan con el apodo que ya usaban entonces: "El alcalde bueno".

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