La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Saúl Fernández

Crítica / Teatro

Saúl Fernández

Y los sueños, sueños son

Art (Pepe Viyuela) y Catherine (Susana Hernández), como Segismundo, caminan "de prisiones cargados". Pero no lo saben. O no lo saben bien. Lo descubren al soñar porque, como se lamentó el príncipe Segismundo, "el vivir sólo es soñar". Lo que sucede, es que, al final, uno descubre lo inevitable: que "los sueños, sueños son". La realidad inventada lo es porque la verdadera es infeliz, averiada? Los sueños se antojan metas que encienden la mecha del porvenir. Los sueños despejan el camino.

Calderón escribió su tragedia más señera siguiendo esa tesis y la irlandesa Marina Carr sigue esa estela. En lugar de la corte polaca, un pub a la hora del "afterwork"; un salón de un chalé adosado por la gruta de la tristeza? "Mármol", el drama que se representó antes de anoche en el auditorio del Valey, en Piedras Blancas, resucita el agotamiento de la comodidad y explota la ambición por el porvenir. El mundo no es una colección de días repetidos. No tiene por qué serlo.

Marina Carr es una escritora irlandesa que en 2009 tuvo una idea excelente: Art sueña con Catherine y se lo cuenta a Ben (José Luis Alcobendas), que es su mejor amigo y el esposo, precisamente, del objeto de deseo de Art. Lo que no sabe es que la propia Catherine ha soñado con Art: haciendo lo mismo, en una habitación blanca, de mármol?

Esta idea inverosímil -y fantástica- sirve para hilar carcajadas durante la primera parte del espectáculo: los celos de Ben, las risas de Art? La segunda parte se torna grave: el paso adelante es la causa de las grietas. Los cuatro actores mantienen el drama con la naturalidad del día a día. Guijosa dirige desde el realismo, por eso disuena la escena de la toalla en el pelo o la insistencia de Art en que "apenas ha cruzado tres palabras" con la mujer de su mejor amigo, con el que se pasa las horas bebiendo brandy y fumando puros, con el que conversa por teléfono cuando ha llegado el silencio al hogar? Pero esto último no es cosa de la dirección, más bien de la versión.

Lo mejor de "Mármol" son los cuatro actores, que son los que dan vida al sueño y verdad a la propuesta inverosímil. La cínica (Ascen López), el romántico (Viyuela), el debilitado (Alcobendas) y la soñadora (Hernández). Los cuatro se alían para recomponer los corazones de los espectadores, que también viven y sueñan. Lo malo es que antes de anoche, dos llamadas de móvil intempestivas rompieron el encanto en medio del diálogo-clímax. Y eso que avisaron de que los teléfonos móviles, en el teatro, apagados.

Compartir el artículo

stats