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Portavoz de Equo Comarca Avilés

La marquesina de La Rocica

La conservación del patrimonio local y el ensayo de participación ciudadana

Asistimos en estos días a un curioso e interesante debate sobre una marquesina de autobús. Una marquesina de hormigón, al menos aparentemente, en medio de un cruce feo, y que pasa bastante desapercibida para mucha gente. Pero ahora el debate es porque hay quien se rasga las vestiduras porque cuesta unos 150.000 euros intentar mantener su integridad y colocarla en otro lugar.

Desde hace ya años se viene advirtiendo que esa marquesina tiene valor artístico e histórico, pero se hizo caso omiso de los avisos de personas informadas y que trabajan para salvaguardar y poner en valor el patrimonio de la ciudad. Parece que tampoco sirven de nada los informes de expertos en la materia y de investigadores de la Universidad de Oviedo.

Igualmente ,otros grupos de opinión advierten de que hacer una rotonda en ese dichoso cruce dificulta el establecimiento de infraestructuras para potenciar el uso del autobús y la bicicleta para comunicar la zona sur del municipio con el centro de la ciudad.

Desde Equo Comarca de Avilés y desde Ganemos Avilés en Común se pide que no se haga la obra hasta que no haya un plan de movilidad que especifique la mejor opción para la comunicación con la zona sur y para el cruce, haciendo ver que seguramente la rotonda no sea la mejor solución y que el proceso participativo deja mucho que desear.

Da igual, todo da igual. Hace años se buscó en algún despacho una solución para los problemas de tráfico en dicho cruce y se dibujó una rotonda. Años después se sacó dicho plan del cajón y se quiso adornar con la participación ciudadana y con que la ciudadanía escogiera entre dos opciones. Resulta que se hizo una votación, solo entre gente de una zona concreta, no abierta a todas las gentes de Avilés, sin información suficiente, sin tener en cuenta los avisos sobre la movilidad ni sobre el valor artístico de la marquesina. Para colmo solo votó el 10% de no sé qué censo y se aprobó con el respaldo del 56% de quienes votaron.

Se echan las manos a la cabeza por el gasto de 150.000 euros para salvaguardar un elemento patrimonial, pero sin embargo se da por bueno que sobre las obras a hacer en ese cruce tan importante (según los datos publicados por el propio ayuntamiento) solo puedan opinar 6.312 personas, que se considere relevante una participación de tan solo el 10% de ese censo, que 357 personas (el 56% de los votos) decidan que se hace una glorieta que cuesta 150.000 euros más que un cruce convencional y que 338 personas (53% de los votos) decidan que se coloquen baldosas que cuestan 570.000 euros más que otro tipo de pavimento que ya se usa en grandes ciudades. Y también parece del todo normal que cueste 13.000 euros un informe para valorar la viabilidad de llevar la marquesina a otro lugar.

Pues nada oye, que viva la "democracia". O más bien, que siga viviendo el "pan y circo". Porque de argumentos sólidos, de ciudadanía crítica y documentada, de verdadera democracia y de bien común aún (parece) no nos hace falta saber. Y mientras tanto, tiramos un trocito de patrimonio histórico y artístico y más de 600.000 euros extras para hacer una rotonda y colocar baldosas.

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