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Catedrático de Lengua y Literatura Española

Las ideas de Palacio Valdés según Balbuena

Reconocimiento al historiador y sociólogo, recién nombrado miembro de la Academia de Doctores

La elección de Fernando Álvarez Balbuena como miembro de la Real Academia de Doctores en la sección de Humanidades es una buena noticia, que él recibió hace unos días "con sorpresa". Según sus palabras textuales: "Presta mucho". Don Fernando es una personalidad poliédrica: historiador, sociólogo politólogo, conferenciante, escritor, óptico profesional... Entrar en su centro de operaciones visuales causa admiración por la presencia de la más alta tecnología. Es animador de la vida musical y poética de Avilés.

Don Fernando, de nacimiento gijonés, es admirador de un avilesino de adopción como él, don Armando Palacio Valdés, cuyos restos mortales reposan en el cementerio de La Carriona hasta el día del Juicio Final, como escribió el gran novelista italiano Papini en su magna obra del mismo título. A analizar el pensamiento socio-político del autor de "Marta y María" (alusión velada a las dos hermanas que acogieron y agasajaron cariñosamente a Jesucristo en Betania, antes de su Pasión, Muerte y Resurrección, según se narra en el Evangelio de Juan) ha dedicado, Fernando Balbuena, un capítulo de su obra "Tres ensayos sobre sociología política".

La sociedad española en tiempo de don Armando tenía algunas características diferenciales en relación con la de Europa, así era eminentemente agrícola-ganadera, sin apenas desarrollo industrial. El tiempo de la Restauración de Fernando VII no supuso ninguna transformación, de ahí que Palacio Valdés definiese al Rey como "odioso". Para Palacio Valdés, los grandes hechos históricos de su tiempo, como la Revolución del 68, la segunda guerra carlista o la crisis del 98 (...) no fueron objeto de especial interés. A don Armando le interesa más la vida social de las gentes que la historia oficial de los personajes públicos, a los que criticaba su soberbia y autocomplacencia. Lo importante era lo que Unamuno llamaba intrahistoria. También al pensamiento y obra de don Miguel dedica un capítulo de su ensayo.

El ideario político de Palacio Valdés era sencillo; su gran pasión fue siempre la literatura, la narrativa. Se podía dedicar a ella no solo por su holgada situación económica sino por las ganancias que obtenía con sus novelas. Una circunstancia que influyó en Palacio Valdés fue su amistad con Castelar. Por eso, defendía el orden social, el conservadurismo económico y el liberalismo político. Como escribe Fernando Álvarez Balbuena, Palacio Valdés "no era un socialista, sino un liberal conservador, podía aceptar la convivencia de ideas, siempre y cuando hubiera un propósito de mejora social, de construcción política positiva". La Revolución de Asturias de 1934 y el inicio de la Guerra Civil de 1936, fueron momentos trágicos que causaron una profunda tristeza a Palacio Valdés hasta su muerte, pues como escribe Balbuena en su excelente y documentado ensayo citado: "En vida de Palacio Valdés estalla la revolución socialista de octubre de 1934, que dejó un total de mil cuatrocientos muertos, especialmente en su amada Asturias". Estos hechos supusieron un socialismo real de lucha de clases y la dictadura del proletariado y no el utópico que llegó a defender Palacio Valdés cuando hablaba de un socialismo civilizado, culto y adinerado.

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