Este sábado al mediodía, estaba leyendo, como todas las mañanas esté donde esté, LA NUEVA ESPAÑA. Recibo un mensaje de un viejo rockero asturiano, Miguel Escalada, que me dice que conecte la TV5 Monde Francesa para ver algo impresionante. La pongo y me encuentro con el funeral que le dedica toda Francia a su primer rockero, Johnny Hallyday. En ese funeral, no faltó ningún rockero. Pero tampoco faltaron actores, ya que él también, aparte de ser un buen cantante, era muy buen actor de cine. No faltaron tampoco los últimos dos presidentes que tuvo Francia. Y, por supuesto, también estaba el actual. Acudió además una de sus exmujeres, Pop Silvie Vartans, que conmovió al mundo. En fin, miles y miles de personas abarrotaron el lugar donde se realizó el funeral y todas las calles próximas, como si se tratase de un presidente de Gobierno o de un rey.
Pocos rockeros quedan, pero se nos ha ido uno de los mejores. Junto a Elvis, Hallyday supuso el inicio de una revolución juvenil que, también junto con "The Beatles", cambió el mundo de la música y de la moda. Por primera vez en la historia, los jóvenes disfrutaban de la libertad que trasladaba el rock and roll.
Ver el funeral por televisión (duró casi cuatro horas) y ver a toda Francia (jóvenes, mayores, más mayores, etcétera) aguantando tantas horas, me emocionó. Un día para no olvidar aquellas canciones que interpretaba con su propio estilo, como "La casa del sol naciente", titulada por él "La Penintencier", o aquel número uno español, "Black is Blak", con su versión "Noir c'este Noiro", o aquella otra que solía cerrar sus conciertos, "Non Je ne Regrette Riem".
Su último concierto fue el pasado 5 de junio en Carcassone, pero también hay que tener en cuenta el que hizo en Barcelona el 9 de marzo de 2016. En fin, 55 años de rock. Yo guardo todos sus discos y todos sus conciertos en DVD, aunque el mejor para mí fue en el verano de 2000, en la Tour Eiffel. Aquella llegada al escenario en Hammer, que "Los Linces" copiamos a nuestra llegada al Niemeyer en 2011, no la olvidaré jamás.
Quedan pocos pioneros del rock en el mundo. En España, tampoco hay muchos. Los tenemos, como Pepe Barranco ("Los Estudiantes", "Pequeniques", "Sonor"). Es el primero y además tuve el honor de ser invitado por él, en noviembre de 2016, a tocar con su grupo, el pionero español "Los Estudiantes", en el Teatro Rialto de la Gran Vía madrileña, donde actuaban también "Los Brincos", "Los Bravos", "Los Pop Tops", "Los Relámpagos", "Los Íberos", "Los Pasos", "Fórmula V", etcétera. Para mí, será inolvidable, ya que será irrepetible, como decía uno de sus presentadores, José Luis Rodríguez, "Rodri".
Con todos aquellos pioneros, "Los Linces" hemos acompañado a Micky a Mike Kenedy y a Philip Trim. Con Lorenzo Santamaría, que triunfó con su grupo "Z66" en los sesenta, estaremos esta vez en la catedral de la música asturiana, el Santa Cecilia, el día 21. Al que falta hay que nombrarlo por su frase clave en el mundo del rock: "Los viejos rockeros nunca mueren". Miguel Ríos, espero que algún día lo acompañemos. Aunque eso será otra historia.
En Avilés, sí teníamos a nuestro rockero, que se fue hace muy poco: Huerta, de "Los Llamas".
En fin, todo esto que escribo es por Jonnhy. ¡Viva la France y viva Jonny Hallyday! Larga vida al rock and roll.
