Después de una Semana Santa multitudinaria aunque pasada por agua, las dos jornadas del Bollo han brillado más que el Sol que se dejó ver a ratos entre las nubes. La Cofradía que da nombre a las celebraciones, dirigida con acierto por Benjamín Lebrato, contribuyó a su 125.º aniversario no sólo con su habitual cena de gala, con el Rector como pregonero y el empresario Tomás Casado como galardonado, sino también con una impresionante carroza en los desfiles y asumiendo con un rotundo éxito el reparto íntegro del dulce el Domingo de Pascua. Un día después, el Ayuntamiento se anotó un buen tanto con una Comida en la Calle en la que todo salió a pedir de boca, con una participación masiva. El único pero es que al gran banquete le falta aún algo de impacto fuera de la comarca. No es necesario que acudan más comensales, pero sí que se hable más de este descomunal evento como un icono festivo de Asturias.
