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Diario de a bordo / El irredentismo comarcal (XXIX)

Los deslindes de 1883 y 1889 de Avilés y Castrillón (II)

Los límites entre los concejos fijados por los representantes de ambas partes

El Ayuntamiento de Avilés procedió a nombrar a Manuel Antonio Gutiérrez, que había sido anteriormente secretario en el Ayuntamiento de Castrillón para que, en representación de la Corporación de Avilés, de la que formaba parte, se presentase el 4 de febrero de 1883 en el camino de la Reguera, para hacer el deslinde de dicho vial. Castrillón comisionó, por su parte, al teniente de alcalde, Francisco Inclán Álvarez. Estas dos personas fueron las que ejecutaron ese primer deslinde. Pero no se limitaron al citado camino, como se les había encomendado, sino que, excediéndose en su cometido, fijaron límites entre los dos concejos. Unos límites incompletos, pero a la larga decisivos. Esta es el acta del deslinde:

"Don Manuel Antonio Gutiérrez y don Francisco Inclán, propietarios y concejales respectivamente de los Ayuntamientos de Avilés y Castrillón, peritos nombrados por ambos Ayuntamientos para deslindar y amojonar los antedichos concejos decimos:

Que después de haber oído a varios vecinos de los más ancianos de uno y otro concejos, hemos convenido en señalar como señalamos como línea divisoria entre ambos concejos el camino real que baja a la casa de Sánchez hasta la fuente que llaman de Carcedo, de aquí camino arriba al llamado horno de la Cal, de aquí a un mojón o finso que se halla coloreado junto a una pared a quince varas de distancia del camino que va de San Cristóbal a Carcedo y en otra calleja que parte de aquel camino hasta la Garita, torciendo en dirección norte hasta encontrar con la riba o peña que da vista al pueblo de Raíces; desde este punto va faldeando la cumbre de las arribas hasta Picalín, de aquí tuerce en dirección Este por la cumbre del Picalón hasta el extremo o portilla del Callejón del Cuélebre, señalando para Castrillón desde la peña al Callejón, desde dichas cumbres aguas vertientes a Raíces. Desde el extremo del Callejón va por un camino de barro a encontrar un mojón que se halla en el río llamado de las Guardadas, y desde aquí sirve como línea divisoria el mencionado río con las ondulaciones que la naturaleza le ha dado.

En prueba de esta conformidad firmamos la presente en los límites de ambos concejos a veinticuatro de junio de mil ochocientos ochenta y tres. Manuel Antonio Gutiérrez. Francisco Inclán".

Las cosas quedaron así hasta que, el 30 de agosto de 1889, el Ministerio de la Gobernación promulga el Real Decreto que obligaba a deslindar los diferentes términos municipales. Para cumplir lo ordenado por la norma, los Ayuntamientos de Avilés y Castrillón nombran una comisión encargada del nuevo deslinde. El acta de su actuación recoge lo siguiente:

"En el barrio de la Cruz de Illas, límites de los términos municipales de Avilés y Castrillón, a siete de noviembre de 1889 y hora de las diez de la mañana, se reunieron las comisiones nombradas por los expresados Ayuntamientos, para realizar entre los mismos el apeo y deslinde general previsto en el Real Decreto de treinta de agosto último, compuestas, la del Ayuntamiento de Avilés de los señores don Eloy Fernández Arenas, segundo Teniente de Alcalde en funciones de presidente, don Rafael Suárez García y don Francisco García Campa, concejales, y don Alejandro de la Cuesta y Galván, perito agrónomo titular, asistidos del infrascrito secretario accidental don Estanislao Suárez Puerta; y la del Ayuntamiento de Castrillón de los señores don Alejandro Díaz y Menéndez, primer teniente de Alcalde en funciones de Alcalde-presidente; don Francisco Vallina Rodríguez, segundo teniente de Alcalde; don Rosendo Suárez Fernández, síndico; don Manuel Huerta e Inclán, don Manuel García Alonso y don José de Cueto y Galán, concejales; don Manuel Antonio Gutiérrez y don Félix García Buría, peritos prácticos y conocedores de los límites de ambos concejos, con asistencia también del infrascrito secretario don Antonio Menéndez Fernández. Asociadas las dos comisiones de varios individuos prácticos y antiguos conocedores de los límites referidos, vecinos de los distintos barrios que existen en la trayectoria objeto de deslinde...".

Las dos comisiones partieron desde La Cruz de Illas y todo iba muy bien, con acuerdo en el amojonamiento y colocación de finsos, hasta que se llega a Raíces. Ahí comienzan los problemas. Obviamos la parte del acta que refleja la colocación de los mojones con acuerdo de las dos comisiones y retomamos la última parte, cuando se rompe la concordia:

"...fue plantada la estaca número diecisiete en la mencionada calleja de la Garita; al lado de otro mojón antiguo, como a trece metros hacia la Garita del camino que va de San Cristóbal a Carcedo.

Continuando por la calleja se llegó al punto que da vista al caserío antiguo de Raíces, y enfrente de la fuente de dicho pueblo se colocó la estaca dieciocho.

Hallándose en este estado la operación de deslinde, hecha de acuerdo por ambas comisiones, sobrevino disconformidad entre una y otra respecto de los límites que corresponden a uno y otro concejo, desde el punto en que se ha colocado la estaca dieciocho en adelante; y no habiendo sido posible conseguirse conformidad entre las dos comisiones para continuar verificando la operación, a pesar de una larga discusión y del parecer emitido por los hombres prácticos, después de ratificarse en el deslinde verificado desde la primera estaca hasta la última, número dieciocho inclusive, se acordó reunirse ambas comisiones mañana a las diez de la misma en el propio punto en el que se hallaba plantada la estaca número dieciocho para ver de conseguir avenencia, o en otro caso proceder las comisiones separadamente a practicar el deslinde...".

Como vemos, se dejó la cuestión para el día siguiente, pero la delegación de Castrillón, bajo la influencia de la Real Compañía, quería a toda costa San Juan. Quería que el puerto fuese de Castrillón, o lo que es lo mismo, de la propia Real Compañía. Castrillón era un municipio rural y nunca había tenido puerto, ni lo había pretendido. Pero la Real Compañía, que desde 1833, había utilizado el estuario y que, en 1854, se apropia del Espartal y construye el ferrocarril, desde el llamado Muelle de los Belgas hasta Arnao, ahora quería el caramelo completo, y va a por todas.

Al día siguiente, a las diez de la mañana, vuelven a reunirse las comisiones en la estaca número dieciocho. Pero hay una sorpresa. Entre los hombres prácticos de Castrillón aparece don Santiago Payne, el director de la Real Compañía. A partir de ahí, la delegación de Castrillón no habla más que por boca de don Santiago. Después de más de una hora de discusiones, no hay acuerdo y ante esta situación la delegación de Avilés continúa sola haciendo el deslinde.

"...no habiendo sido posible conseguir ponerse de conformidad las dos comisiones para continuar realizando el deslinde y amojonamiento, la del Ayuntamiento de Avilés, asociada a los hombres prácticos don Hermenegildo Rodríguez Camina, viudo, piloto de setenta y seis años; don José Muñiz y Fernández, capitán que fue de buque de setenta y cinco años; don Francisco Pérez Orobio, carpintero-calafate, de sesenta y nueve años, vecinos de Avilés; don Francisco Campa y Campa, de setenta y un años; don Antonio García Campa, de setenta; don Germán Alonso Fernández, alcalde de barrio, de cuarenta y dos años y don Francisco Galán Campa, de cincuenta y siete, éstos últimos labradores y vecinos de la parroquia de San Cristóbal de Entreviñas, con asistencia del infrascrito secretario accidental, acordó continuar la operación de deslinde de conformidad con lo mandado en el artículo... y en su virtud oído el parecer de los expresados hombres prácticos y antiguos conocedores de los límites del concejo se dio principio de la forma siguiente:

Se tomó por punto de partida la riba que da vista al antiguo caserío de Raíces en que fue colocada por ambas comisiones la estaca número dieciocho y siguiendo por la falda del monte llamado "Picalín", aguas vertientes al pueblo de Raíces se colocó la estaca diecinueve a la parte Oeste del monte "Picalón", junto a la portilla pegante al camino de carro que sube de Raíces a San Cristóbal.

Siguiendo rumbo Norte, monte abajo, se plantó la estaca número veinte, a la parte Sur de la carretera de Avilés a Pravia, entre las fincas de don Manuel Álvarez y don Pedro García, a un metro de aquella.

Continuando rumbo Este por el antiguo callejón que existe muy cerca de la carretera, fue plantada la estaca número veintiuno, en el extremo de dicho camino y el conocido como el "Caleyón", a diecinueve metros hacia el Sur de la referida carretera.

Marchando por un antiguo camino de carro, hoy en desuso, rumbo norte se colocó la estaca veintidós, junto al finso o mojón de cal y canto que se halla en el extremo norte de los arenales a monte bajo y pinar de las "Arobias", que divide las propiedades de los herederos de don José Galán y Estrada y de los de don Antonio Esteban Conde, de Avilés.

La estaca número veintitrés fue colocada a orilla del pozo el "Piélago", al lado sur del río Raíces, extremo norte de la finca de don Nicolás Galán.

Se atravesó el río y tomando el rumbo en línea recta desde el "Piélago" a la "Forcada" o peña Oeste de la farola del puerto, se colocó la estaca número veinticuatro, como a setecientos metros de la anterior, en la primera cumbre del arenal de el "Espartal".

Y la estaca veinticinco fue plantada al final del arenal, continuando el mismo rumbo de la "Forcada", a cien metros hacia el Norte de la vía férrea de la Real Compañía Asturiana y a cuatro del playón del "Arañón" a "Salinas".

Con lo cual se dio por terminado el deslinde de este concejo con el de Castrillón y firman el acta los señores de la Comisión de Avilés, de todo lo cual yo el secretario accidental certifico."

Así sucedió, así se lo he contado a ustedes, y así queda anotado en mi "Diario de a Bordo". Pero la historia continúa...

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