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Mariví, el consenso está en la calle

La falta de compromiso del gobierno local en favor de la lucha feminista

Hace casi tres años que un grupo de mujeres avilesinas impulsamos desde la calle una moción que acabó convirtiéndose en la actual Declaración institucional Avilés Libre de Agresiones Sexistas.

Lo que pedíamos entonces y lo que seguimos pidiendo desde el Colectivu Feminista Les Rudes d'Avilés, junto con más mujeres pertenecientes al movimiento feminista, son voluntades políticas traducidas en hechos palpables y medidas efectivas que aseguren nuestra protección ante las violencias machistas que nos oprimen en todos los ámbitos de nuestras vidas.

El verano pasado, nuestras medidas concretas, que sí se llevaron a cabo en otras ciudades del Estado y de Asturias, como en Oviedo, eran: un punto violeta en las fiestas patronales gestionado por personal cualificado (no por voluntarias con una formación de una hora), un teléfono local específico disponible las 24 horas y permanente durante todo el año (no, el 016 no es efectivo para todos los casos de agresiones sexistas y está saturado) y formación específica para cuerpos sanitarios, de seguridad y de personal hostelero, con el objetivo de identificar los locales donde poder acudir sabiendo que, en el caso de sufrir algún tipo de agresión, no nos ocurrirá nada y podremos tener la fiesta en paz, porque la calle y la noche también son nuestras.

Estas exigencias se convirtieron en parches de última hora porque "no había tiempo" para llevarlas a término o, directamente, no había voluntad política. Salimos de aquellas reuniones quitándonos la venda de los ojos, aquello solo era un "bienqueda" de cara a la galería.

Sí, nos escucharon y, aunque la mayoría de las personas participantes en aquella mesa apoyaban nuestras propuestas (eso sí es consenso, Mariví), en realidad, no se trataba de negociar nada, sino de sacar adelante los planes municipales (cartelería, folletos antiagresiones, pegatinas y un vinilo enorme y caro que se colocó en el lugar menos visible de la plaza).

Cuál fue nuestra sorpresa al comprobar que era el mismo material que desde Les Rudes les presentamos el año pasado como unos mínimos para las fiestas y que este año no se había trabajado en mejorar, como lo hicimos nosotras con estas propuestas concretas.

El tiempo ha pasado con el compromiso incumplido de tener en cuenta las propuestas del movimiento feminista de la calle. El mismo movimiento que logró convocar la primera huelga general feminista de 24 horas de la historia el pasado 8 de marzo, a la que no quedó otro remedio por parte de los sindicatos mayoritarios que unirse aunque fuera con paros de dos horas.

El mismo movimiento feminista que la alcaldesa de nuestra ciudad, Mariví Monteserín, tachó de estar "fuera de los consensos democráticos" en la concentración de repulsa a la justicia patriarcal del pasado jueves 26 en la plaza del Ayuntamiento. ¿Está llamando marginal y antidemocrático al movimiento feminista, señora Alcaldesa?

Son las instituciones las que están sufriendo una crisis democrática, no nosotras. Y, puestas a hablar de democracia, robar el micro a una portavoz de las convocantes a esa concentración no tiene mucho de democrático: con pedir la palabra como las demás, hubiera sido suficiente.

Y, para muestra de democracia, la que le dieron los cientos de avilesinos y avilesinas que nos congregamos ese día tras la sentencia de la violación múltiple de los "sanfermines".

Después de su discurso plagado de condenas y buenas intenciones y ante la oportunidad que le dio una de nuestras compañeras para comprometerse con acciones políticas para atajar las violencias machistas en la ciudad, usted no pudo hacer otra cosa que marcharse de la concentración porque pudo comprobar que lo que la gente de Avilés exige a su gobierno son hechos.

Queremos recordar al equipo de gobierno que esa misma gente es la que les votó, gracias a todas esas personas estáis gobernando y los sueldos que cobráis salen de sus impuestos para que se apliquen políticas serias y reales.

Porque las violencias machistas no se combaten infantilizando la imagen de las mujeres con personajes como "Bárbara", con "selfies" o con carteles a la entrada de Avilés. La emergencia de la situación exige que las instituciones se pongan al servicio del movimiento feminista con medidas contundentes.

No vamos a pedir nuestros derechos por favor cuando lo que está en juego son nuestras vidas y porque sabemos que, juntas, somos imparables.

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