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Ventanal

España necesita estabilidad

La moción de censura de Pedro Sánchez tras la sentencia por el "caso Gürtel"

El acontecer político de España se caracteriza por el continuo sobresalto, la incertidumbre e inestabilidad. Hay permanente quiebra de paz en espíritus y cuerpos. Los historiadores más antiguos ya daban cuenta de la continua revoltura que protagonizaban las gentes ibéricas. Lo cuenta Plinio.

Estas reflexiones, que caen en la obviedad, vienen a cuento del último sobresalto, por ahora, que ha sufrido la ciudadanía por el anuncio de que Pedro Sánchez, secretario general del PSOE, se propone derribar al Gobierno presentando una censura, acusándolo de corrupción y de perversión de las instituciones. En pocas horas, se disiparon las tranquilidades de quienes respiraron con la aprobación de la Ley de PGE en su primer trámite: pensionistas, becarios, funcionarios estatales en espera de homologación salarial, saneamientos, I+D, vuelos baratos para canarios, hipotecas, trenes, opositores y cien acuerdos más, quedaban en la "nube" de completar su aprobación en el Senado y Congreso, con una moción de censura por medio.

A Pedro Sánchez, que ya había sido criticado por no apoyar los Presupuestos Generales y cuando otros medios comentaban su "reconversión a político de Estado", a tenor de su actitud sobre los golpistas, se le cruzan los cables y se tira al monte. Ha repetido el "no es no" y llamado a "todos contra Rajoy". Dice Weber que la historia no tiene guión, pero el líder socialista se muestra como reincidente en sus peripecias. Ser presidente a cualquier precio y aliados. Pierde las censuras y las urnas. No ha ganado nunca y ahora aprovecha una sentencia, todavía no firme, para desestabilizar al país con la preocupante colaboración de Pablo Iglesias, que, por cierto, desvía así el molesto foco sobre sus actuaciones privadas.

La moción es, por lo menos, inoportuna. El PP estaba ya en horas muy bajas e incluso se aceptaba que Mariano Rajoy nombraría a su sucesor de cara al final de la legislatura. El propio Presidente hablaba de sus ánimos, pero que la tarea más importante no era el Partido Popular sino resolver el golpismo catalán y crear empleo.

Los próximos días dirán por dónde transcurre el problema. La reacción de Mariano Rajoy, al terminar el Consejo de Ministros, ha sido clara, muy dura con Pedro Sánchez, rompiendo las últimas sonrisas, y señalando que no tira toalla y advirtiendo a la opinión pública de los riesgos en el campo económico y social, aludiendo a los compañeros de viaje de Pedro Sánchez. Sus palabras han servido para contener el pánico bursátil que ya andaba con un -2% del Ibex y mas puntos en la prima de riesgo. Las agencias del rating advierten de riesgos y en el circo de Bruselas les crecen los enanos con Italia y España apuntándose al aventurismo.

Los golpistas catalanes saben que, cuanto peor en España, mejor para ellos. De momento, ya votarán a favor de la censura. La respuesta del Presidente del Gobierno debiera ir en la línea de apretar el 155, puesto que está libre de los compromisos restrictivos que impuso el PSOE en la primera fase. Que Mariano Rajoy termine la tarea, o la enderece al menos, y después convoque elecciones generales y a asumir los graves fallos personales y del partido.

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