Se trata de uno del club más veterano del Principado. Con actividad desde 1959 y fundando por José Antonio González Caso, el Judo Sotrondio sigue siendo uno de los referentes de este deporte en la Cuenca del Nalón.
Es cierto que este club, al igual que el deporte, no atraviesa ahora por sus mejores momentos. Sin embargo, para su coordinador, Mario Crespo, "enseñar este deporte y que tenga repercusión en la zona es algo muy importante". El ideal del Judo Sotrondio está relacionado con mantener la difusión de esta modalidad de artes marciales. "Nosotros no queremos vivir del judo, nos dedicamos a otras cosas, pero sí queremos que haya gente que lo practique".
Para esta temporada, el club cuenta con más de treinta personas, una cifra aceptable. Para Mario Crespo, "cuantos más seamos, podemos abarcar cosas con mayores magnitudes. En la época buena del club llegamos a ser doscientas personas". Sin embargo, el número de miembros del club no es tan relevante. "Aunque seamos pocos, hace ilusión ver a la gente practicar este deporte. Al final, son gente que nos está viendo todas las semanas durante muchos años", admite el coordinador.
El Judo Sotrondio divide sus entrenamientos en dos sedes. La de la localidad que le da nombre y la de La Felguera. "En la Felguera están los más pequeños y los más mayores. En Sotrondio está la gente adolescente y más joven. Está más orientado a competición", explica Crespo.
En el Judo Sotrondio se puede ver a gente de todas las edades practicando esta especialidad. Desde los cinco años hasta los sesenta. Sin embargo, no todos ellos compiten. Los torneos suelen estar reservados para los niños mayores de diez años. Mario Crespo, a sus 31 años, es el más veterano en las competiciones. "Los que son mayores acuden con otra mentalidad, el judo como hobby o como mantenimiento".
Mario Crespo tiene que compatibilizar su preparación como deportista con las labores de coordinación. "Las labores de coordinación se dan bien. No somos un club en el que seamos tantos que la coordinación sea complicada. Como nos conocemos todos, es más fácil hacer estas tareas", asegura. Llegado al club en 1992, primero como alumno y después como entrenador, ha llegado a ser cinturón negro y a finales de este mes de mes de noviembre, se presenta junto a otros alumnos del gimnasio a los exámenes para conseguir un nuevo Dan.
Para esta temporada, el club busca llegar a acuerdos con colegios para seguir difundiendo este deporte, además de promocionar en su gimnasio otro arte marcial, como el Tai-Jitsu.
Uno de los huecos más especiales del gimnasio de Sotrondio lo tiene una de las personas más influyentes en el judo, no solamente en Asturias, sino en el panorama nacional. Se trata de Fernando Fernández, maestro del club hasta que en 2010 falleciera.
Junto a la fotografía de Jigoro Kano, fundador del deporte, y presente en todos los gimnasios, se encuentra la de Fernando Fernández. "Es una forma de que los que comienzan en el club sepan de dónde venimos", admite Mario Crespo.
Fernando Fernández fue una referencia en el judo. "Tú decías que eras alumno de Fernando y sabían inmediatamente de dónde venías, quien eras y dónde ibas", recuerda Mario Crespo, quien desde 2010 ejerce las labores de coordinador en el club.
En lo personal, Mario Crespo también está agradecido a Fernando. "Empecé con él en este deporte. Estuve desde el principio entrenando con él y con su hijo, que por motivos laborales no puede dar las clases en la actualidad", asegura el actual coordinador.
Su recuerdo está presente para Mario Crespo y para el club. "Intentamos mantener su legado, que todo siga, que la gente siga practicando este deporte. Busco que, las mismas experiencias que tuve yo, las puedan tener otros", explica.
La mejor manera de hacerlo es seguir compitiendo. "Hay categorías que ya están empezando, aunque la temporada se corresponda con el año natural", comenta. El legado de Fernando Fernández se mantiene.
