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Como en los viejos tiempos

Sinariega albergó una cacería con viejas escopetas de cartuchos en la que tomaron parte veinticinco tiradores de Cangas de Onís, Parres y Ribadesella

Los participantes en la cacería de época, en Sinariega (Parres), el pasado fin de semana, tras el copioso desayuno previo a la salida. J. M. CARBAJAL

Como en los viejos tiempos. El pasado fin de semana, en el lote de Sinariega, en terrenos que gestiona la Sociedad La Parraguesa de Caza, veinticinco tiradores -cangueses, parragueses y riosellanos- se echaron al monte para participar en una cacería al jabalí a la antigua usanza con escopetas (históricas marcas, tales como Víctor Sarasqueta, Grulla, Garbi, Arizabalaga, etcétera) y cartuchos que debían tener una antigüedad de más de tres décadas. Además, lucieron vestimentas de aquellos tiempos: zamarras de pana, pantalones de mahón, boinas, chanclas? Eso sí, en ésta ocasión, como era de rigor, no hubo emisoras de apoyo en la susodicha jornada cinegética.

La cacería de escopetas de Sinariega, tal como se denominó, fue posible gracias a la iniciativa del parragués Miguel Rosete, quien llevaba algún tiempo atando todos los hilos sueltos para sacarla adelante. Al final resultó un éxito rotundo, pues se ocuparon veinticinco puestos, aparte de los monteros -El Roxu, Juan Luis, Faustino y José María, entre otros-. La cita arrancó con un opíparo desayuno en el que no faltaron los chorizos caseros, los quesos de los Picos de Europa, el jamón, las rosquillas y otras exquisiteces de la comarca, regado todo ello con buen vino y algún que otro chupito de aguardiente, también de casa.

Tras registrase en protocolario toque de corneta se sortearon los equipos que ocuparían sus correspondientes puestos en el monte. "Alguna de las viejas escopetas tenía una buena capa de óxido, como la de Miguel, el de Tresmonte", reseñó uno de los participantes en la batida. Los cartuchos, pese a llevar un montón de tiempo en los zurrones, restallaron por todo el lote de Sinariega, desde el inicio de la echada de Tresmonte y la Peña de Toraño, ofreciendo un llamativo y espectacular concierto matinal de pólvora de las históricas escopetas.

Después de reunirse para tomar un tentempié y proceder al cambio de echada, ésta en la zona del arenero de Fuente, se logró levantar otros cuatro jabalíes y la refriega de disparos volvió a ser de época. Sólo pudieron hacer doblar la rodilla a un suido, gracias a los certeros tiros de Juan Luis, quien ocupó el puesto de la zona de Trespando. La suerte les sería esquiva a otros dos experimentados tiradores: Diver, de Llames de Parres, y "Pepón el Barqueru" -José Luis Gutiérrez Soto, afamado pescador de salmones y vencedor del Descenso del Sella en 1968, junto a Juan Manuel Feliz Granda-. Restallaron sus respectivas escopetas, pero no hubo puntería. Lo mismo le pasó a Javier Fortigosa, desde la postura de la columna sobre la carretera de Bode.

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