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Club Natación Santa Olaya

Reencuentro en el agua

Diego Mariño y Carlos Menchaca, reciente fichaje del Oly, se vuelven a ver las caras en el club gijonés y en la selección nacional

Diego Mariño y Carlos Menchaca, durante la concentración en Calella con la selección española junior. C.N.S.O.

Sus caminos en la piscina han vuelto a cruzarse. Los castrillonenses Diego Mariño y Carlos Menchaca, dos grandes especialistas en las pruebas de larga distancia, se reencuentran en el Santa Olaya dos años después de militar ambos en Las Anclas. La amistad fuera de la piscina se convierte en 'piquilla' amistoso dentro del agua. Todo ello por un bien común, el de mejorar las marcas y realizar una buena temporada con las miras puestas principalmente en el Europeo. Y, si después, llega el premio extra de ir al Mundial, se convertirá en un año redondo.

Por delante restan muchos meses de esfuerzo y mejora que han tenido su pistoletazo de salida en la concentración que han mantenido desde el 30 de octubre hasta el pasado miércoles en Calella. Allí, se han citado con los miembros del equipo nacional junior, en un stage de preparación de altura. "Han sido entrenamientos duros, pero a estas alturas me siento más fuerte que otros años", avisa Diego Mariño. Unas sensaciones que comparte Carlos Menchaca. "Venía de hacer menos aeróbico en cuanto a volumen y me he encontrado bien, además es una gran ilusión que te convoquen con la selección", explica el nuevo nadador júnior del Santa Olaya.

Solo es el comienzo. Las primeras cargas de trabajo para lograr las metas marcadas para una temporada llena de ilusión y objetivos. Carlos Menchaca llega con hambre de agradar en su nuevo club y con la intención de centrarse más "en las pruebas de aguas abiertas e intentar clasificarme para el Campeonato de Europa y el Mundial, pero sin dejar de lado la piscina porque creo que tengo un 200 mariposa y un 400 libre bueno". El castrillonense es un todoterreno y tiene claras sus metas, al igual que Diego Mariño, que este año quiere centrar su mejora en la piscina tras dejar patente su dominio en las pruebas de aguas abiertas asturianas, donde marcó su territorio. "Sin dejar de lado las aguas abiertas, quiero centrarme más en el 1.500 donde creo que tengo un margen de mejora y los entrenamientos con la supervisión de Pepín (Rivera) me están viniendo mucho mejor", explica. Mariño, que tiene como marca los 16 minutos en esta prueba, necesita los 15.40 minutos para estar en el europeo. Un registro que "no lo veo descabellado, estoy con la moral alta".

Tanto Diego como Carlos mantienen una gran relación de amistad fuera del agua, lo que ha servido al segundo para tener una gran adaptación en su nueva casa, la del Oly. "Ha sido fácil adaptarme, hay un gran ambiente y los entrenamientos son de un gran nivel lo que te hace mejorar", comenta Carlos que, acepta la competencia para mejorar sus registros. Y en esas se encuentra con la gran rivalidad de Diego Mariño. "Hay piquilla, pero es sana, nos llevamos muy bien y solo intentamos mejorar", bromea Carlos, que ve a Diego Mariño como un nadador "con un corazón muy grande para la competición, tiene raza".

Ambos nadadores vuelven a unirse en las piscinas del Santa Olaya con la intención de llevar al club gijonés a los puestos altos nacionales. Dos amigos separados por una corchera, pero unidos por el gran objetivo de estar entre los elegidos para disputar el Campeonato de Europa de Larga Distancia. Y, después, alcanzar el Mundial. Las primeras brazadas para ello ya han comenzado.

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