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La Peña Batán siembra la cuatreada del futuro

Medio millar de escolares descubren el deporte autóctono de la mano del entusiasta Pepín de los Valles en la bolera Caudal de Mieres

Para que la cuatreada tenga un futuro sólo existe un camino y en la Peña bolística Batán se lo saben de memoria. La histórica entidad mierense ha hecho de sus instalaciones de la bolera Caudal un semillero potenciales jugadores de bolos a través de una iniciativa que en apenas unas semanas llevó a casi medio millar de escolares del municipio a descubrir los entresijos del deporte autóctono.

La iniciativa surgió de la propia peña, que decidió ponerse en contacto con los colegios locales para ofrecerles la posibilidad de impartir lecciones teóricas y prácticas de cuatreada. "La respuesta no pudo ser más satisfactoria, pues todos recogieron el guante y se mostraron totalmente dispuestos", comenta el presidente de la peña, Laurentino Presa, que más tarde obtendría también el apoyo del ayuntamiento. "Se comprometieron a poner autobuses para traer a los jóvenes del centro a la bolera", explica.

El resto ya fue cuestión de entusiasmo y dedicación. Dos virtudes que no hay persona que mejor las encarne que José García, más conocido como "Pepín de los Valles". García tiene 70 años y una larga trayectoria de jugador y aficionado a los bolos. Su trabajo le impidió disfrutar de este deporte todo lo que hubiese querido, pero tras su jubilación se ha convertido en todo un referente de los bolos asturianos.

Su principal contribución no se debe a grandes triunfos en el castro ni ningún tipo de mecenazgo desinteresado. Su legado, en el cual trabaja día a día, tiene muchos nombres y apellidos en forma de jóvenes jugadores que en cuestión de meses pasan de desconocer el deporte favorito de sus antepasados a convertirse en grandes fanáticos de esta práctica.

Ejemplo de esta labor es el rastro dejado en peñas como Tino El Panadero de Oviedo o Morcín. Su desempeño en las mismas quedó patente en forma de canteras con resultados brillantes y algunos nombres propios que ya brillan en el panorama bolístico como la gran campeona Raquel Espinosa, el joven talento Isidro Valverde, que esta semana certificó su ascenso a Primera, o José Miguel Fernández, la última joya surgida de la Peña Morcín.

A ellos hay que sumar sobre otra decena de jugadores con gran potencial que poco a poco van asomando la cabeza en las fases finales de torneos absolutos y de categorías inferiores y otros muchos más que aunque no destaquen tanto serán seguidores de los bolos de por vida. Un currículum del que son sabedores en la Peña Batán y en el que confían para recuperar la práctica bolística entre los jóvenes mierenses y por ello convencieron a Pepín para que impartiera estas clases magistrales. "Más cariñoso no puede ser y esa debe ser la clave de sus resultados", comenta Laurentino Presa.

Todo ello acompañado de un proyecto que busca convertir a la peña mierense en un referente de cantera, no sólo con el trabajo desde la base, sino también con el fichaje de alguna de las promesas más pujantes como José Miguel Fernández (Morcín) o Pablo Fernández (Cangas de Onís), que recientemente plasmaron su fichaje por la entidad. "Con ellos dos y los jugadores que salgan de estas clases esperamos formar pronto un buen equipo infantil", señala un ilusionado Pepín de los Valles, que compatibiliza su actividad con la de Morcín.

Hasta la fecha, pasaron por la bolera de Mieres unos 160 alumnos del colegio Liceo de Mieres, más de 200 del Bernaldo de Quirós y casi otro centenar del colegio Santiago Apóstol. Sesiones que en apenas unas semanas ya dieron grandes frutos. "Ya hay cuatro jóvenes que entrenan dos veces por semana y muestran grandes maneras", coinciden en señalar los miembros de la peña.

Por su parte, los profesores de los centros educativos destacan, además de los saludable de la actividad, la importancia de las clases para descubrir las raíces culturales asturianas. "Existe un desconocimiento generalizado sobre los deportes autóctonos, que con medidas como esta se va superando", explica el profesor del colegio Bernaldo Quirós, Juan Lana.

Una idea en la que la peña mierense asegura que pondrá todo su empeño para mantener en el tiempo y tratar de recuperar la gran afición bolística existente en la cuenca del Caudal, que en las últimas décadas se ha visto mermada por la despoblación, la crisis de la minería y, sobre todo, el casi total olvido de las categorías inferiores.

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