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El fútbol no entiende de edad

El ovetense Alfonso Arias, que tiene 84 años, juega desde hace más de cuatro décadas dos partidos cada semana en Futsa Meres con un grupo de amigos

Alfonso, en la portería. Abajo, Dani, Miguel, José, Alfonso, Castaño, Benjamín, Miguel, Javi y Miguel. J. N.

Pasan unos minutos de las 19.30 horas de un martes cualquiera del año y poco a poco van llegando a su cita los diez jugadores amateurs o aficionados a la pista de Futsa Meres. Después de tantos años, tantos partidos, la cita se ha convertido en tradición o más bien en una necesidad. Y es que este grupo de deportistas lleva jugando sus "pachangas" desde hace más de 40 años. Es cierto que a lo largo de estas cuatro décadas han ido cambiando algunos jugadores, se han incorporado hijos y amigos, pero aún queda una muestra del germen inicial de estos encuentros encabezada por Alfonso Arias y Miguel Vaquero. El primero tiene 84 años, aunque no los aparenta, y es el veterano del grupo. Después, de entre el resto de jugadores, la mayoría supera los 60 años.

"Jugamos por afición y por la calidad de la gente, sean del equipo blanco o del negro", dice Alfonso, entre risas, momentos antes de pasar al vestuario para enfundarse la indumentaria de portero. Después de tantos años es inevitable que sobre la pista exista rivalidad, aunque se queda sólo en eso, pura rivalidad y competitividad. "Claro que hay piques", indica Alfonso, que añade que "tenemos muy buen ambiente entre todos y cuando se acaba el partido volvemos a ser amigos".

Después de unos minutos de conversación, Alfonso se retira al vestuario y al poco salta a la pista y, tras unos ejercicios de calentamiento, se pone debajo de la portería, su lugar durante las últimas temporadas. "Antes jugaba de jugador, pero con el paso de los años decidí pasar a la portería", comenta. "Lo importante es pasar un rato agradable, donde la compañía es fundamental", reitera. Dicen que el ejercicio físico es bueno para la salud, y este es otro de los motivos por los que este grupo de aficionados sigue disfrutando del fútbol. "Nos sirve para estar en forma y hacer un poco de deporte", indica Arias.

Alfonso nunca jugó al fútbol federado. Sí que lo hizo de chaval en la calle donde vivía en Oviedo. Es un amante de la montaña. No en vano, puso en marcha el ya desaparecido grupo de montaña Andecha y "realicé múltiples salidas con el grupo Monsacro", apunta. Ahora, ya jubilado desde hace años, le gusta el fútbol y pasear, además de atender la huerta que tiene en Puerto, a la que acude casi todos los días. "Hay que atenderla", explica. Además, hizo el Camino de Santiago en nueve ocasiones con salida en diferentes puntos y "la ruta desde el Centro Asturiano hasta Covadonga 33 veces, y está acreditado", señala. Entre sus muchas aficiones, está la música, sobre todo la clásica y la ópera.

La amistad que se fraguó hace años con los partidos de fútbol ha traspasado los límites de la propia pista. Ya no solo quedan para jugar al fútbol. Va más lejos. Y es que una vez al año "viajamos a La Rioja" y después de cada encuentro, como si de un partido de rugby se tratara, juegan el tercer tiempo. "Vamos casi siempre a Tiñana y cenamos y jugamos la partida", indica Alfonso. "No fallamos nunca", añade Miguel Vaquero.

A Alfonso le gusta jugar, pero también es aficionado al balompié. Pero, ¿de qué equipo es? Ante esta pregunta, Alfonso sentencia: "Soy ovetense, asturiano y español. Me gusta que gane el Oviedo, pero también que lo haga el Sporting, el Caudal, el Avilés?, y después me gusta más que ganen los equipos del norte que los del sur", indica, entre risas. "Es así", asevera.

Alfonso, Miguel (padre e hijo), Benjamín, Jose, Roberto, Dani, Ernesto, otro Miguel, Castaño y Manolo "el Ferrero", entre otros, forman parte del grupo de jugadores que cada martes y viernes se visten de corto para "intentar jugar al fútbol", dicen, no sin cierta ironía. A ellos se juntan otros futbolistas más jóvenes que bajan la media del grupo. Y es que entre todos suman más de 500 años sobre la pista de Futsa en Meres, donde llevan jugando dos décadas. Antes, pasaron por diferentes pistas de Oviedo hasta que recalaron en las instalaciones de Meres. "Nunca pasó nada, creo que en 20 años nunca me pidieron una bolsa de hielo para un golpe", dice Tino, responsable de Futsa.

Cuando Alfonso dice la edad que tiene y que sigue jugando al fútbol muchos se asombran y otros ya ni se lo creen. Como veterano del grupo hace las veces de "cuidador" de todos ellos, aunque no le hagan caso. Tanto que Benjamín, cuando se le pregunta por él, asegura que "es como el padre de todos, siempre está pendiente de todo y diciendo que tengamos cuidado, que no nos hagamos daño".

Son las 21.00 horas y se acaba el partido. Es hora de una ducha y a celebrar que no ha pasado nada. El grupo pone rumbo a Tiñana para comentar el partido o lo que sea. ¿Qué tal el encuentro? "Hoy paré como nunca", le dice Alfonso a Tino en más de una ocasión. Al final, lo que menos importa es el resultado, lo principal es pasar un rato agradable con los amigos utilizando el fútbol como excusa.

El viernes volverán otra vez a jugar. Y la semana que viene otra vez, y la siguiente también, porque la temporada para este grupo de veteranos aficionados no para, ni tan siquiera en época de verano o en vacaciones.

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