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El secreto está en el vestuario

El juvenil A de la Fundación Escuela Teresiana, que milita en Segunda y busca el ascenso, basa su éxito en la amistad que existe entre los jugadores

Algunos de los jugadores del equipo.

Pasan unos minutos de las 15.00 horas del jueves y poco a poco los jugadores juveniles de la Fundación Escuela Teresiana van llegando a Vallobín, su lugar de entrenamiento. A primera vista se observa la complicidad que existe entre los jugadores. No es para menos, ya que llevan juntos desde Primaria (ahora algunos están en Bachillerato y otros en la Universidad). En el vestuario, como prometió Dioni Suárez, técnico del equipo, en una improvisada mesa, hay comida para celebrar el triunfo de hace 15 días ante el líder, el Tineo. "Antes del encuentro les dije que si ganábamos les pondría yo una merienda", dice el entrenador. Este gesto es uno más dentro de un equipo que funciona como una gran familia numerosa, ya que cuenta con 30 jugadores que forman los dos equipos juveniles del club. Uno de ellos, el A, el que milita en Segunda, lucha junto a Tineo y Grujoan por el ascenso a Primera. Precisamente, el equipo derrotó (3-2) al Grujoan la pasada jornada y está segundo.

La trayectoria de este equipo está siendo muy regular. Y uno de los secretos del éxito, aunque suene a tópico, es el buen ambiente en el vestuario, algo que refrendan tanto el técnico, como Chus, Tejada y Fidi, capitanes del equipo. "Nos llevamos todos muy bien", dice Chus. "Compartimos muchas cosas además del fútbol", añade Tejada. "El ambiente es muy bueno, somos todos amigos", dice Fidi. Uno de los que mejor los conoce es Dioni, que lleva seis años con ellos. Primero en infantiles y ahora en juveniles. "Si hasta hace poco les sonaba los mocos", indica, entre risas.

La familiaridad que existe entre los propios jugadores se traslada también a la grada. Y es que los padres de los futbolistas también han formado una piña y realizan actividades juntos. La última: una comida en Navidad. "Somos como una gran familia", reitera Dioni, que se siente orgulloso de su equipo, de sus jugadores, pero no solo por lo que demuestran en el campo, sino por cómo son. "El fútbol ha creado una amistad entre todos ellos, no solo juegan al fútbol, sino que salen juntos, estudian juntos y se apoyan unos a otros", explica Dioni.

Esa complicidad en el vestuario se nota también en el campo. Y es que la mayoría de los jugadores tienen en su haber dos ascensos. Uno a Segunda infantil y otro, la temporada pasada, a Segunda juvenil, con unos números espectaculares ya que lograron el salto de categoría sin perder ningún partido y "eso en esta categoría es muy complicado", subraya Dioni, que dirige al equipo con la ayuda de Pier y Diego. Ahora, aunque queda mucha competición, el primer juvenil de la Fundación Escuela Teresiana quiere busca el ascenso a Primera. Todos son conscientes de que será complicado, pero por ganas e ilusión no será. "Sería increíble que el colegio ascendiera, y más con gente de la casa", añade Dioni. Y es que todos los equipos de la Fundación Escuela Teresiana están formados por alumnos del colegio. Competir está bien, pero para Dioni el fútbol es algo más. "Aquí miramos las notas, tienen que estudiar bien para jugar y utilizamos este deporte como vehículo para educar".

Dioni y sus jugadores llevan muchas temporadas juntos, pero ¿cómo definirían los capitanes a su técnico? "Es extraordinario", dice Tejada. "Es un amigo", añade Chus. "Es como un hermano mayor para nosotros", indica Fidi. A su lado, Dioni, se ríe. Aún quedan mucho para cerrar la liga y comprobar si el equipo logra el ascenso. El fútbol no es una ciencia exacta, pero lo que sí es seguro es que esta familia numerosa seguirá unida y ese sí que es un gran ascenso.

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