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Senderismo

Por los caminos del lobo

Senderistas en la ruta. LNE

El concejo de Belmonte de Miranda constituye para el senderista uno de los escenarios paisajísticos más prestigiosos de la región asturiana. Todo en él es naturaleza viva, así como su historia, la cultura popular, el paisaje y paisanaje y todo un conjunto de valores que se integran en su propio espacio geográfico.

La ruta propuesta tiene su arranque en el pueblo de Belmonte, (199 m.), ubicado en el Km. 9 de la AS-227. Justo al lado del panel indicativo del G. R. 205 "Vía Escrita" nos dirigimos al puente que cruza el río Pigüeña para tomar el camino-pista que marcha con rumbo al oeste. Avanza paralelo al río por un tramo llano y boscoso hasta toparnos con la fuente del Oso, su área recreativa y las instalaciones del "Centro de Interpretación del Lobo", con algunos ejemplares rondando por el cercado. Avanzando un poco más, traspasamos la ubicación de conocida fuente "Santa Icía", venerada por los lugareños para continuar hasta llegar al crucero de caminos. Aquí abandonamos "La Vía Escrita" que continúa hasta Somiedo y encaramos por nuestra izquierda el sendero P. R. AS 144 "Ruta de la Castañal." Seguimos las huellas de este viejo camino carretero que poco a poco va ganado desnivel en medio de un enmarañado bosque de castaños. Más arriba, el empedrado camino cruza la riega de Agairona superando con algunas revueltas el sostenido desnivel hasta toparnos con otro crucero de caminos y la conocida fuente de los Sifones.

Elegimos el de la derecha que discurre hacia el barrio de la Calea de Ondes donde se sitúa la capilla de San Antonio (557 m.) -3,8 K. en 1 h y 45 min. de marcha-. Una vez allí, tomamos la carretera B-1 por medio de la cual accedemos a San Martín de Ondes (700 m) 5,8 Km. en 2 h. y 15 min de marcha-. Su núcleo se distribuye por los barrios de La Quintanona y El Sillón y recorriendo su trama urbana admiramos los valores arquitectónicos y etnográficos que guarda este rincón del solar astur. Más de dos docenas de hórreos bien conservados lucen por el entorno, así como la casona, con su esbelta torre que data del siglo XVI.

En el límite meridional del asentamiento abordamos el camino real que asciende a La Corredoria, en sustitución de la carretera que sube hasta ese destino. El camino, de amplia traza, progresa hacia el oriente por los Bravos de manera sesgada y con firme empedrado. Presenta en cada lazada, hermosas vistas sobre el pueblo de San Martín y los paisajes de la cuenca del Pigüeña. Al final del mismo y tras superar una zona herbosa, conectamos con la carretera de acceso. A partir de aquí seguiremos la huella del asfalto hasta alcanzar el Llano de La Corredoria y seguidamente su venta (860 m.) 7,8 Km. en 3 h. y 15 min de marcha.

Estamos situados en uno de los hitos históricos que jalonan el Camín Real de La Mesa, también confluyen aquí dos carreteras, procedentes ambas, de Tolinas de Grao y de Dolia respectivamente, que soslayamos, yéndonos por Camín Real que desde aquí toma rumbo al este. Seguimos su amplia traza balizada con las señales de dos senderos de gran recorrido G. R. 100 "Camín de La Mesa", y el G. R. 109 "Asturias Interior", llaneando ligeramente y custodiados por las lomas de Espinapata por un lado y Grandizo por el otro Por ahí alcanzamos la aldea de Dolia (840 m.) 9,4 Km. en 4 h. de marcha.

Dolia es una aldea restaurada con varias edificaciones de estilo rural dedicadas al turismo. Sus viviendas se agrupan en torno a su plaza y a su capilla que está dedicada a San Benito. Aquí soslayamos la carretera que se dirige a Las Cruces y variamos el rumbo a la izquierda yendo directamente al barrio de La Calea para tomar el tradicional camino de Belmonte. Comienza aquí el largo descenso por el estrecho barranco que riega el arroyo de Covasil. En el siguiente crucero giramos a la derecha siguiendo la huella de este viejo camino que nos traslada a la aldea de Tablao. Aquí nos encontramos con el asfalto de la carretera la cual nos traslada en rápido descenso hasta la villa de Belmonte donde nos internamos por el barrio de Los Caleyos. Después, atravesamos su trama urbana hasta presentarnos en el lugar de inicio.

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