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Senderismo

El Pico Paisano

Senderistas en la ruta. LNE

El Pico Paisano (818 m) es el penúltimo eslabón de una serie de montañas que se encadenan de Oeste a Este en la sierra del Cuera. Se localiza en la divisoria de las dos Peñamelleras, a mitad de camino entre los Picos de Europa y el mar Cantábrico.

La excursión al Pico Paisano (P.R. AS-191) tiene su inicio en el pueblo de Alevia (328 m) (Peñamellera Baja), al que accedemos desde Panes por la carretera local PB-2. En la plaza del pueblo empezamos la caminata recorriendo su trama urbana en sentido ascendente hasta el restaurado lavadero público y su histórica fuente de aguas. Superado el asfalto pronto nos topamos con un crucero señalizado y sin dudarlo nos desviamos a la derecha por el curso de una pista hormigonada que asciende con reiterado remonte hasta culminar en el collado (505 m) -1 km en 25 min de marcha-. Desde aquí se desvían dos pistas con sentido opuesto en dirección a la antena del Pico Llueres y Pico Jana respectivamente. Optamos por seguir al frente al noroeste por la pista con firme de tierra y de origen minero que cabalga en ese sentido entre prados amurallados. Pronto asoma por el costado derecho el mar cantábrico y algunos de los pueblos de Ribadedeva, como Noriega, a donde se dirige desde aquí la pista de aproximación. De manera continuada vamos descendiendo por la conocida Hoya de Antón hasta remontar nuevamente por los arrabales de la mina El Pilar a donde llegamos (575 m) -4 km en 1 h y 30 min de marcha-. Sus restos arqueológicos guardan relación con el patrimonio minero del Cuera. Se extrajo manganeso y hierro desde el Neolítico hasta mediados de los años 70 del pasado siglo y aún se puede contemplar alguna que otra bocamina, depósito de aguas, máquinas herramientas, transformador eléctrico, casetones mineros, etc. Todo este engranaje industrial e histórico bien merece una protección oficial.

Continuamos con nuestro rumbo por la pista de tierra hasta un nuevo crucero señalizado. Aquí giramos a la derecha siguiendo la flecha hacia el oeste, desde donde ya aparecen las dos montañas más significativas de la zona. En primer término el Pico Cantu Teju que sobresale con una antena de telefonía y la caseta correspondiente y escudado tras él, el Pico Paisano. Superamos el collado de Los Gamones y más allá el Llanu Navar, con prados cerrados y restos de explotación minera por allí repartidos. Seguimos avanzando a la izquierda bajo la ladera norteña del Pico Cantu Teju hasta confluir en el Jou Teju donde finaliza la pista.

Después hemos de tomar un sendero hasta la braña La Pipa (650 m) -6,7 km en 2 h y 30 min de marcha- que está formada por un grupo de cuadras, algunas de ellas en estado ruinoso, y prados cerrados con murias de piedras. Acometemos seguidamente por un sendero en dirección al mediodía surcando la ladera norteña del pico que sube con pronunciadas revueltas hasta presentarnos en la cima, que está jalonada por una capilla dedicada a San Antonio (818 m) -7,3 km en 3 h. de marcha.

La cumbre, con día despejado, nos ofrece unas de las panorámicas más sobresalientes de la región. La costa de Ribadedeva al Norte, los picos Liño y Turbina al Oeste y al Sur los destacados Picos de Europa, con el Urriellu en primer término. La Pica de Peñamellera es otro de los destacados hitos montañeros que asoma un poco más allá del río Cares y los pueblos que configuran la Peñamellera Baja.

El retorno lo llevaremos a cabo por el camino de ascenso hasta llegar a la mina El Pilar. Una vez allí hemos de tomar a la derecha la pista que nos traslada en llano hasta mirador de La Escalá (567 m) -13,2 km en 4 h de marcha-, lugar destacado en esta historia minera, donde contemplamos la roldana de un cable aéreo por donde bajaban el mineral al fondo del valle. Traspasando la barrera de protección por la portilla de madera, tomamos un marcado sendero que desciende esculpido con brutal desnivel en su inicio y bajo la perenne mirada de la Pica de Peñamellera.

Más abajo, amplía su traza a su paso por la cabaña de Sembia hasta que llegamos el crucero inicial de la ruta y del lavadero público. De camino a su plaza, durante este pequeño recorrido podemos admirar de Alevia la iglesia de San Juan Bautista (con elementos góticos), la capilla de San Antonio, la torre del Reloj (siglo XX) y casonas de estilo indiano, como la Quinta de Arriba o la Quinta de Abajo.

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