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El Alcázar sigue dando sus frutos

El conjunto de Sama supera esta temporada los dos centenares de jugadores en sus filas y pone sus miras en el posible ascenso de su juvenil a División de Honor

Juvenil A. j. r. silveira

El Alcázar de Sama se sigue consolidando como una de las canteras más numerosas de las Cuencas. Los números y los resultados así lo avalan. En la sexagésima primera temporada del club, el equipo juvenil puede lograr el ascenso a División de Honor, la máxima categoría en el ámbito nacional.

Una cantera que aglutina a 220 jugadores y que cuenta con el grueso de los equipos en las máximas categorías del fútbol asturiano. Además del juvenil, el equipo de Primera cadete está cuajando una gran campaña, situado en la séptima posición de la tabla y codeándose con los grandes del Principado. "Tenemos una gran hornada de jugadores y pueden nutrir al juvenil en un futuro próximo", destaca el presidente del equipo, Pablo Casal. El juvenil puede volver a lograr lo que ya sucedió en la temporada 2010-11, militar en División de Honor. Conjuntos como el Celta, el Deportivo o el Racing de Santander, además de los mejores jugadores del fútbol base del Oviedo y del Sporting acudirían a Los Llerones cada dos semanas. En la última presencia del Alcázar en la máxima categoría del fútbol juvenil, el prometedor centrocampista del Villarreal Dennis Suárez acudió a Langreo a jugar en las filas del Celta de Vigo.

El resultado de esta campaña es "el fruto del trabajo que se viene realizando durante las últimas temporadas", admite Casal. Y es que el Alcázar es el equipo de referencia del fútbol base langreano. "Llega un momento en el que toca comenzar a hacer selección de jugadores", advierte Casal. Para el presidente, "es una obligación optar a los mejores futbolistas". Sin embargo, cree que esta selección tiene que realizarse a partir de determinada edad. En los conjuntos donde los jugadores son más jóvenes se debe prevalecer la mayor participación posible de futbolistas. "Cuántos más niños jueguen, mejor para todos", destaca el presidente. En cierto modo, se cumple el dicho de que la cantidad prevalece sobre la calidad, pero cuanto mayor sea el abanico de elección, más posibilidades habrá de dar con mejores futbolistas.

Desde el Alcázar no se plantean la creación de un equipo regional. "Nunca lo hicimos y nunca lo haremos", asegura Pablo Casal. Y es que los juveniles cuentan con acomodo en equipos punteros del fútbol asturiano una vez que finalizan su vinculación con el Alcázar. Dos jugadores del equipo presidido por Pablo Casal reforzaron los entrenamientos del Tuilla, de Tercera División, durante el tramo final de la pasada temporada.

Pablo Casal y su junta directiva llegaron al club hace tres temporadas y han conseguido el objetivo de sanear al club. Otro de las metas que se marcan en el Alcázar es la de lograr una grada cubierta para el campo de los Llerones, donde actualmente disputan sus partidos. "Tenemos las conversaciones bastante avanzadas, pero es una instalación que depende del Principado", admite Pablo Casal. La grada supondría otro salto de calidad dentro del club; en la línea de la sustitución del campo de arena por el sintético. "Aquello nos igualó al nivel de otros clubes, nos permitió mejorar", admite Pablo Casal.

"El funcionamiento del club no sería posible sin toda la gente que apoya alrededor", asegura Pablo Casal. La coordinación de la cantera corresponde a Jubel, Iván y Pedro, mientras que Pablo Amez se encarga de la preparación de los porteros. Roberto Santana, Ángel y Alexis son los entrenadores del juvenil A, mientras que Jubel y Adrián dirigen al juvenil B. El resto de técnicos del club son: Octavio y Sergio (cadete A), Ramón y Edel (cadete B), Ayrton y Sergio (infantil A), Osmel (infantil B), Alfonso y Leyder (alevín A), Quinos y Choqui (alevín C), Dani (benjamín A), Bode (benjamín B), Prieto (benjamín C), Sergio (benjamín D), Oli (prebenjamín A), Lele (prebenjamín B) y Jairo (prebenjamín C). Todos ellos hacen que el campo de los Llerones sea un bullir de gente todas las tardes, entre las cinco y diez de la noche. La ilusión por crecer continúa.

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