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Senderismo

Por la costa de Tapia de Casariego

Senderistas en la ruta. LNE

El paisaje de la costa occidental y su litoral marino entre Tapia de Casariego y la playa de Peñarronda, presenta una constante alternancia de playas, acantilados en medio de una amalgama de elementos arqueológicos de gran relevancia, como son los diferentes castros, y también sus aldeas con casonas de estilo indiano y viviendas construidas con una tipología arquitectónica donde imperan las pizarras y los típicos hórreos gallegos.

La belleza y majestuosidad de esta área del litoral se origina por la brusca interrupción de la rasa costera cuando va al encuentro del mar, formando acantilados verticales en zonas muy determinadas, pero también dispone de un pequeño sistema dunar, como el localizado en la playa de Peñarronda. Todos estos ingredientes alientan este recorrido senderista que llevaremos a cabo desde Tapia a Peñarronda siguiendo las huellas del sendero europeo G. R. E- 9.

La marcha arranca en el aparcamiento de la playa de Anguileiro de Tapia de Casariego (25 m.) dirigiéndonos por la carretera hasta el campo de fútbol, donde tomamos el acceso a la urbanización de Entreplayas y el camping anexo. Justo al lado aparece un bosquete de pinos que sobrepasamos hasta girar más adelante por el camino señalizado de acceso a la tranquila playa de La Paloma. (5 m.) -2,3 Km. en 30 min. de marcha-.

Allí desemboca el arroyo de Fernanda que vadeamos por un puente de madera, a partir del cual un estrecho camino que hemos de seguir, gana altura bordeando una mancha de pinos. A su término, y ya en plena rasa costera, nos desviamos a la derecha para contemplar la estructura física del castro de Esteiro. Es uno de los más representativos poblados fortificados de la costa, limitado por varias líneas de fosos y contrafosos. En las excavaciones se ha descubierto cerámicas y monedas romanas del siglo I.

Retomamos la ruta manteniendo el rumbo al oeste por una de las pistas de concentración parcelaria hasta el siguiente crucero donde, eludiendo la señalización que nos conduciría directamente a Villamil por el asfalto, variamos el rumbo a la derecha yéndonos directamente a un panel informativo que nos advierte de la localización del llamado castro de Campón, fortificación compuesta de tres líneas de fosos y parapetos, constituyendo además, un extraordinario mirador sobre la cercanas playas de Serantes y la Mixota. Desde aquí, vamos a insistir con el rumbo siguiendo el rastro de un sendero peonal que nos guía por la vera de los acantilados, muy propicio para conseguir unas buenas fotos de los mismos. Por ahí accedemos a la playa de Serantes, (14 m.) 5,3 km. en 1 h. y 30 min. de marcha-, amplia y expuesta ensenada de fina arena que durante la bajamar se comunica con la de Mixota. Allí tomamos la carretera de acceso hasta el siguiente crucero topándonos nuevamente con la señalización del sendero que más adelante traspasa por la vera de un típico molino con lavadero incluido.

De esta guisa, y sin abandonar el asfalto nos presentamos ante una nueva intersección, próxima ya al pueblo de Villamil. Atravesamos su núcleo rural que contempla varias casas con la típica arquitectura popular del occidente asturiano, alcanzando más adelante una nueva encrucijada cuya señalización nos guía a la derecha, hacia la aldea de Santa Gadea y su playa de Ribeiría. Tras su visita, retornamos a la ruta original que poco a poco nos emplaza en el promontorio de la ermita de San Lorenzo, lugar estratégico y posible castro, (32 m.)- 3 h. y 20 min. de marcha-, desde donde ya contemplamos el amplio arenal de la playa de Peñarronda con su campo de dunas.

Hacía allí descendemos por el camino de acceso alcanzando dicha playa por el borde oriental. Este escenario, declarado Monumento Natural está compartido por los municipios de Castropol y Tapia de Casariego y le asiste un buen aparcamiento y un área recreativa. En Peñarronda damos por finalizada esta marcha senderista.

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